ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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viernes, 7 de marzo de 2014

I DOMINGO DE CUARESMA

<El desierto escenario de la tentación
y comienzo de la victoria de la Pascua>

Monte de la Tentación o de la Cuarentena (Qurantul)- Monasterio ortodoxo católico de San Jorge- Jericó

Cristo, al rechazar las tentaciones del enemigo
nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado;
de este modo, celebrando con sinceridad
el misterio de esta Pascua,
podremos pasar un día a la Pascua que no acaba.
Tiempo de Cuaresma
Domingo I


<El desierto, escenario de la tentación
y comienzo de la victoria de la Pascua>

Cristo, al rechazar las tentaciones del enemigo
nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado;
de este modo, celebrando con sinceridad
el misterio de esta Pascua,
podremos pasar un día a la Pascua que no acaba..

Los creyentes a lo largo de su vda, se ven asaltados por la tentación. Con ella, Dios pretende probar la fidelidad. En el desierto, los israelitas padecieron la tentación, que luego Jesús superaría gracias a la fe.
Las tentaciones de la vida se podrán resumir en tres:
La primera consiste en creer que las cosas dan la vida, olvidándose de Dios, fuente de la única vida.
Hay otra tentación. Siempre queremos confundir la fe con una comprobación evidente. Pedimos signos deslumbrantes. Pretendemos creer porque vemos, no porque nos fiamos de Dios mismo.
Por fin, ¿qué hombre no ha sentido alguna vez la tentación del poder y del dominio? Nos vendemos al diablo, lo adoramos, con tal de triunfar. Nos cuesta descubrir que la vida se encuentra en el servicio a Dios y al hombre.
Sigamos atentamente el camino de la fidelidad de Jesús a la Palabra de Dios. Lo que él venció puede ser superado también por nosotros.

Antífona de entrada.     Sal  90,15-16
Me invocará y lo escucharé; lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días..

Oración colecta
Al celebrar un año más la santa Cuaresma, concédenos, Dios todopoderoso, avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud. Por nuestro Señor.

La Palabra de Dios.
Sinapsis:
El hombre nace con un <aliento vital>, que Dios le infunde, destinado a continuar el trabajo creador de Dios y transformar el mundo. Pero en esa labor de vice-Dios le acecha continuamente la tentación de hacerse Dios y convertirse en norma de sí mismo [Génesis]. También Jesús, hecho en todo igual a nosotros, siente la tentación de la carne, del poder y del orgullo. Las vence con aceptación, sumisión y adoración del Padre [Mateo]. Así viene la vida al hombre, que ha muerto y visto su desnudez, precisamente cuando ha querido encontrarse a sí mismo apartándose del que es fuente de su ser [Pablo].

<Creación y pecado de los primeros padres>
Gn 2,7-9; 3,1-7
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal
La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: -¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?
La mujer respondió a la serpiente: -Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: <No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte>.
La serpiente replicó a la mujer: -No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal.
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. .

<Misericordia, Señor, hemos pecado.>
Sal  50,3-4.5-6.12-13.14.17.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo presente siempre mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.
¡Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.

<Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia>
Rm 5,12-19 
Hermanos: Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron…
[Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba, porque no había ley. Pues, a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado como un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos. Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: la sentencia contra uno acabó en condena total; la gracia, ante una multitud de pecados, en indulto.]
Si, por la culpa de aquel que era uno solo, la muerte inauguró su reino, mucho más los que reciben a raudales el don gratuito de la amnistía vivirán y reinarán gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, una sola culpa resultó condena de todos, y un acto de justicia resultó indulto y vida para todos. En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.

<Jesús ayuna durante cuarenta días y es tentado.>
Mt 4,1-11
   En aquel tiempo Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo.  Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre.   Y el tentador se le acercó y le dijo: -Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.
 Pero él le contestó diciendo: -Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
 Entonces el diablo lo llevó a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice:  -Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti y te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con las piedras.
 Jesús le dijo: -También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.
Después el diablo lo llevó a una montaña altísima y mostrándole todos los reinos del mundo y su esplendor le dijo: - Todo esto te daré si te postras y me adoras.
Entonces le dijo Jesús: -Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto.
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.

Oración sobre las ofrendas
Te rogamos, Señor, que nuestra vida sea conforme con las ofrendas que te presentamos y que inauguran el camino hacia la Pascua. Por Jesucristo.

Prefacio
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal, y al rechazar las tentaciones del enemigo nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión . Mt 4,4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Oración después de la comunión
Después de recibir el pan del cielo que alimenta la fe, consolida la esperanza y fortalece el amor, te rogamos, Dios nuestro, que nos hagas sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y nos enseñes a vivir constantemente de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo.

Meditación para  la semana.
Nuestra vida, en medio de esta peregrinación, no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigo y de tentaciones.
¡Cristo tentado por el demonio! Pero en Cristo estabas siendo tentado tú, porque Cristo tenía de ti la carne, y de él procedía para ti la salvación; de ti procedía la muerte para él, y de él para ti la vida; de ti para él los ultrajes, y de él para ti los honores; en definitiva, de ti para él la tentación, y de él para ti la victoria.
¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te  fijas en que venció?
(De los comentarios sobre los Salmos de san Agustín)

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