ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

domingo, 27 de noviembre de 2011

TEMAS ACTUALES DE ESCATOLOGÍA (III)

TEMAS ACTUALES DE ESCATOLOGÍA (III)



Como dice Ratzinger en dicha introducción, el tema del futuro ha sido tratado por muchas ideologías, desde la marxista para la que la salvación futura pasa por la lucha de clases y el triunfo de la clase obrera, que representa su salvación, y no el pensar más allá de la muerte, lo que ha influido en la mentalidad moderna de tinte materialista, a pesar de que ya hemos visto en la historia cómo acaban los comunismos...La famosa "teología de la liberación" es una reminiscencia de esa idea marxista. Pero el hombre consciente siempre se pregunta qué hay más allá de la muerte y eso es algo que la ciencia no puede descubrir, solo la fe que es, como dice la carta de S. Pablo a los Hebreos (Hb 11,1) "garantía de lo que se espera y prueba de las realidades que no se ven", y sobre lo cual conviene pensar aunque por supuesto, como dice el mismo Ratzinger: "sin descuidar la necesidad de trabajar por un futuro histórico cada vez más humano".

Esa fe sostiene la esperanza y aunque hoy en día, por el secularismo reinante, muchos cristianos pasan un poco de largo por estas verdades, hay que pensar que se basan en la resurrección de Jesús y su ascensión en cuerpo glorificado al cielo, por cuya verdad dieron su vida como mártires apóstoles y discípulos testigos de aquellos hechos.¿Quien daría la vida por una mentira? Ellos no necesitaron de la fe para creer en la resurrección pues fueron testigos, lo vieron y la fe, como se definía antes, es "prueba de lo que no se ve". Pero nosotros sí que la necesitamos, y más cuando hay "teólogos" que movidos por el deseo de originalidad, llegan a discutir sobre la existencia del alma o sobre el significado de su supervivencia, dando motivos para dudar de esas y de otras verdades fundamentales de nuestra fe.

Algunos dudan de que hay vida después de la muerte y otros creen que sí, pero reencarnándose en otros seres. Cuando Pablo habla a los griegos sobre la resurrección de los muertos, es objeto de burla, como ahora puede pasar con nosotros alguna vez. Los fariseos creían en la resurrección y los saduceos, no. La resurrección es el tema monográfico más frecuente de toda la teología preconstantiniana; apenas hay una obra de la teología cristiana primitiva que no hable de ella. En el concilio XI de Toledo (675) se expone la doctrina de la resurrección de la carne, de "esta carne en que vivimos", no en una carne aérea o en otra cualquiera, como afirmaban algunos por influencia de los gnósticos. Eso sería una nueva creación, un mito ajeno a la resurrección de Cristo en el mismo cuerpo pero glorificado. Jesús invitó a palpar su cuerpo; comió con sus apóstoles.

Esta resurrección se producirá, como hemos visto antes, en el momento de la Parusía, o segunda venida de Cristo al final de los tiempos, no como algunos dicen para confusión de los creyentes, en el momento de cada muerte. En ese momento lo que ocurre es que el alma se separa de su cuerpo y no se unirá a él hasta la Parusía. Mientras tanto queda en un estadio intermedio, en el que se encuentra con Cristo para bien o para mal...Jesús promete al buen ladrón "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso". Esteban, protomártir, cuando lo van a matar dice :"Señor Jesús, recibe mi espíritu". Esa es la doctrina del nuevo Testamento: el alma inmortal del hombre se encuentra con Cristo tras la muerte y goza ya de la comunión con El, y espera en la resurrección bienaventurada de "los de Cristo" (1 Corintios, 15). "En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al último toque de la trompeta, los muertos resucitarán incorruptos, y nosotros seremos transformados, porque es preciso que lo corruptible se revista de incorrupción y que este ser mortal se revista de inmortalidad".

Durante mucho tiempo estuvo prohibida en la Iglesia la "cremación de los cadáveres", que parecía implicar una actitud materialista, agnóstica, no creyente en la resurrección. Pero luego se pensó que también en las tumbas subterráneas o en los nichos, los cuerpos se convierten con el tiempo en cenizas, y se admita la cremación, siempre que no se haya elegido adrede por razones contrarias a la doctrina cristiana. (Continuará)




Por José María Catret Suay

sábado, 26 de noviembre de 2011

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

"Derribaré la casa de invierno


y la casa de verano.


Serán destruidos los palacios de marfil


y desaparecerán las grandes mansiones.


Oráculo del Señor" (Am. 3,15)


5.- PROFETISMO CLÁSICO



A mediados del s. VIII, se produce un fenómeno nuevo en la historia del profetismo. Entra en escena una pléyade de profetas, cuyas predicaciones serán consignadas por escrito ( a iniciativa suya o por sus discípulos) en los llamados libros proféticos. Por eso reciben el nombre de profetas escritores, o profetas clásicos, o canónicos. Renuncian a acciones socio-políticas, se concentran exclusivamente en la palabra y en acciones simbólicas ( no mágico-mecánicas ). Sus palabras iban dirigidas a todo el pueblo y fueron recogidas en su totalidad por discípulos y conservadas en libros que llevan sus respectivos nombres.

En las biblias que manejamos, vienen en primer lugar los "profetas mayores" llamados así porque sus escritos son las más extensos: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Siguen luego los "menores" que son 12 y sus escritos son más breves. Tradicionalmente vienen en este orden: Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahún, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. Tanto del reino del Norte como del Sur. El sino de ambos reinos fue poco esplendoroso. La desaparición de ambos sería inevitable, como lo habían anunciado los profetas en numerosas ocasiones.

Cronológicamente hablando, se pueden agrupar en tres momentos:

1)                 Profetas preexílicos.

a) periodo asirio (s. VIII)

Amos, Oseas.lsaías ( cap. 1-39), y Miqueas.

b) periodo babilónico (ss. VII-VI)

Sofonías, Nahún, Jeremías, Habacuc.

2)                  Profetas exilióos (586-538 a.C.)

Ezequiel, Isaías (cap.40-55)

3)                  Profetas post-exílicos (ss.VI-ll a. C.)

Ageo, Zacarías, (cap.1-8), Isaías (56-66), Abdías, Malaquías, Jonás, Joel, Zacarías (9-14), Baruc, Daniel. En cualquier caso, fueron escasos en el periodo de unos 200 años. Exhortaron y advirtieron; amenazaron con el ocaso de los dos reinos a Israel y a Judá.

>        Acusaron de cultos extranjeros y de culto mundanizado.

>        Proclamaron una fe estrictamente monoteísta.

      >        Siguieron una línea de dura crítica social contra la clase alta cada vez más rica y contra la casta de grandes terratenientes.

Tal vez no esté ligado a ellos el anuncio de desgracias, pero es patente el predominio de amenazas de juicio.


Ángel Aguirre. Consiliario

domingo, 20 de noviembre de 2011

Reunión de Formación de la Asociación Bíblica San Pablo

Tema: "Europa y el Cristianismo"
Ponente: José María Catret Suay

Hora:
Sábado, 17 de Diciembre: 11:30 - 13:00

Lugar:Real Parroquia "San Miguel y San Sebastián".
Plaza San Sebastián, 1. (Junto al Jardín Botánico)
Valencia

Observaciones: Misa en la misma Parroquia a las 11:00 horas



TEMAS ACTUALES DE ESCATOLOGÍA (II)

TEMAS ACTUALES DE ESCATOLOGÍA (II)

2.- La Carta mencionada es breve y "va al grano", o sea, que se limita a señalar escuetamente los 7 puntos fundamentales de nuestra fe sobre el tema que estamos tratando; pero lleva antes una introducción preciosa y de gran altura, como siempre, del entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), cardenal Joseph Ratzinger y después, unas aclaraciones de la Comisión Teológica Internacional (CTTj, bajo la dirección del jesuíta P. Cándido Pozo, con la colaboración de otros teólogos y con la autorización del cardenal Ratzinger, presidente de la Comisión. El primer punto dice:
1) La Iglesia cree en la resurrección de los muertos. Y a continuación expresa:
 2) La Iglesia entiende que la resurrección se refiere "a todo el hombre"; es la extensión de la misma Resurrección de Cristo a todos los hombres. Esto lo aclara Ratzinger diciendo que esa resurrección no es sólo la del "yo", es decir, el alma, sino también del cuerpo, que se convertirá en un "cuerpo glorioso" como el de Cristo. A este respecto, la Congregación para el Culto Divino (CCV) dictó una "Nota introductoria" sobre el significado de la expresión "Carnis resurrectionem" del Credo (o símbolo apostólico) y dice que hasta ahora esa expresión se había traducido en diversos modos: una veces literalmente, como resurrección de la carne; otras veces como en el ritual inglés: "of the body", es decir, del cuerpo; y también como resurrección "de los muertos", tomado del Símbolo Niceno-Constantinopolitano (el credo largo): "et exspecto resurrectionem mortuorum et vitam venturi seculi". Afirma la nota que la CDF tomó las siguientes decisiones: 1. No hay en absoluto razones doctrinales contra la "resurrección de los muertos", pero hay una razón teológica fundamental a favor de la "resurrección de la carne", expresión tradicional del credo apostólico (el corto) y que hay que mantener en lo sucesivo, pues si se abandonase esta fórmula se correría el peligro de apoyara algunas tesis actuales (no ortodoxas) que ponen la resurrección en el momento de la muerte, excluyendo en la práctica, la resurrección corporal, de "esta carne", es decir, la resurrección futura al final de los tiempos.
El punto 3) de la carta dice que la Iglesia afirma la supervivencia y la subsistencia, después de la muerte, de un elemento espiritual dotado de conciencia y voluntad, que se llama "alma", palabra consagrada por el uso en la Sagrada Escritura y en la Tradición, de forma que subsiste el "yo humano", carente del cuerpo mientras tanto no suceda la verdadera resurrección, que no se produce en el momento de la muerte sino en el futuro.
Por lo dicho antes, el punto 4) de la Carta rechaza cualquier posición o expresión que haga carente de sentido las oraciones de la Iglesia en sufragio de los difuntos. En efecto, si la resurrección se produjera en el momento de la muerte -como sostiene alguna teoría-, el alma recibiría en ese momento el premio o el castigo y carecerían de sentido las oraciones por ella.
En el punto 5) dice que la Iglesia, de acuerdo con la Sagrada Escritura espera la "gloriosa manifestación de Jesucristo Nuestro Señor", es decir, lo que se ha llamado la "Parusía", acontecimiento futuro y distinto a la muerte de cada persona particular.
El punto 6) rechaza todas las explicaciones teológicas que quitan al dogma de la Asunción de la Virgen María lo que tiene de acontecimiento único de glorificación corporal, anticipo de la glorificación futura reservada a todos los elegidos.
La proposición 7) se refiere a la retribución final: la felicidad de los justos que estarán con Cristo; el castigo eterno que espera al pecador, privado de la visión de Dios. Cree en una eventual purificación previa a la visión divina, del todo diversa al castigo de los condenados. Es el llamado "purgatorio". Advierte también sobre diversas imágenes creadas arbitrariamente sobre ese estado futuro y dice que "Ni la Sagrada Escritura ni los teólogos dan luz suficiente para una adecuada descripción de la vida futura después de la muerte." (Continuará)


Por José María Catret Suay



sábado, 19 de noviembre de 2011

NOCIONES DE MORAL

NOCIONES DE MORAL (3)


            b).- Las falsas acusaciones de un sector de la psicología actual
1)    Algunos psicólogos pretenden NEGAR la REALIDAD del pecado con el fin -afirman- de NO TRAUMATIZAR la conciencia de los individuos.
2)    Propugnan una "moral sin pecado" para librar al hombre del sentimiento morboso de la culpa.
A. Fernández argumenta ante ello lo siguiente:
     a)     El pecado sólo traumatiza al hombre si no existiese el perdón.
     b)     Por el contrario y conforme a la concepción cristiana, el pecado, lejos de traumatizar, ayuda a la liberación, puesto que en el cristianismo todo pecado tiene la salida del perdón, en el cual se refleja el amor de Dios que perdona.

d).- El secularismo.-
Es evidente que una concepción religiosa de la existencia facilita la valoración del pecado, mientras que la pérdida del sentido religioso conduce lógicamente a negarlo. Posiblemente sea esta la causa más importante y la que hoy juega el papel decisivo en infravalorarlo, pues, si se oscurece el sentido de Dios, también el sentido del pecado de hace opaco. A lo sumo, el pecado lo reduce sólo a lo que considera delito.
e).- Algunos fenómenos internos de la vida eclesial.-
Juan Pablo II, en su exhortación "Reconciliación y penitencia" formula este hecho en los siguientes términos:
"Incluso en el terreno del pensamiento cristiano y de la vida eclesial algunas tendencias favorecen inevitablemente la decadencia de sentido del pecado. Algunos, por ejemplo, tienden a substituir actitudes exageradas del pecado con otras exageraciones; pasan de ver pecado en todo a no verlo en ninguna parte; de acentuar demasiado el temor de las penas eternas a predicar un amor de Dios que excluiría toda pena merecida por el pecado; de la severidad en el esfuerzo por corregir las conciencias erróneas a un supuesto respeto a la conciencia que suprime el deber de decir la verdad" (RP, 18).



Erreuve

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS



"...Dijo Elíseo:- que tenga dos partes de tu espíritu. -Le respondió:-Pides una cosa difícil. " (2Re.,2,9)


4.- ELÍ AS Y ELISEO b).-



El rey Omrí de Israel situó la ciudad de Samaría en un punto estratégico: situada sobre una colina aislada de unos 100 m. de altura, de pendientes suaves, rodeada de un semicírculo de montañas más altas, en un extenso y fructífero valle. Un manantial de agua hace que la plaza resulte ideal para la defensa. Desde su cumbre la vista alcanza por el lado oeste hasta el Mediterráneo

El rey Omrí se convierte en una obsesión para los asirios. Hasta cien años después de su dinastía, sigue hablándose de ella en los textos de escritura cuneiforme.

Sólo diez años después de la fundación de Samaría, entró a gobernar el rey Ajab, hijo de Omrí, el que sería vencido por Salmanasar III. Es el tiempo del ciclo profético de Elias, descrito en lRe.l7-2Re.l, 16.

No hay que pensar que imperase un monoteísmo estricto en Israel. La investigación actual supone que el politeísmo estuvo muy difundido en Israel hasta el exilio babilónico. El estricto monoteísmo solo logró imponerse tras dilatadas confrontaciones. En el s. IX, en los primeros tiempos monárquicos de Israel, se vivió la lucha contra el dios tirio Baal, y en favor de Yahvé. Esta fue la tarea comenzada por Elias y Eliseo: Yahvé en lugar de Baal. Movimiento profético que intervino más con sus acciones que con sus palabras. Sus acciones tenían un fuerte componente extático, y sus palabras entraron a formar parte de narraciones más largas. Pasaron a la leyenda.

ELIAS fue cabecilla de un partido "solo Yahvé". Llevó a cabo una lucha apasionada en favor de la unicidad de Yahvé frente a cualquier tipo de veneración del Baal cananeo, y contra la injusticia social: "Me consume el celo por el Señor" (IRe. 19, 10). Eliseo le vio elevarse al cielo en un carro de fuego. Desde aquel momento, el espíritu de Elias pasó a Eliseo. Este leyenda parece responder a la frustración de no haber dado con la sepultura del admirado Elias. La devoción popular imaginó un digno final a su vida.

ELISEO comenzó su ciclo profético también en el reino del Norte bajo el rey Jorán. Su ciclo se describe en 2Re. 2,1-13,21.Fueron tiempos de lucha contra la expansión militar de Asiría bajo el reinado de Salmanasar III. Eliseo fue jefe de un grupo de profetas, y se significó sobre todo por acciones taumatúrgicas que, curiosamente, no se nos contarán ya al hablar de los profetas posteriores.

Ángel Aguirre, Consiliario

viernes, 18 de noviembre de 2011

LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSE


CUARTO DOMINGO





Es significativo que la vida de San José fue una plena alternativa entre dolores y gozos. Quizá una alternancia ejemplar para nosotros, llena además de un profundo sentido consolador.


Mateo nos cuenta el primer dolor y gozo de José en este cuarto domingo, lleno además de un profundo sentido consolador.

Así el primer dolor de San José nos lo cuenta Mateo (1, 18): "Estando desposada su Madre, María, con José, antes de que conviviesen, se encontró que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo" (Mt 1, 18). Y el mismo evangelista nos cuenta la sorpresa y perplejidad de José ante esa concepción de su esposa cuya virtud conocía José sobradamente. También el evangelista nos cuenta la integridad excepcional de José que, ante esa noticia singular y siendo hombre de excepcional nobleza y santidad y sintiéndose obligado a obrar bajo la ley de Dios, resolvió en su corazón dejarla privadamente y evitarle la infamia pública. Eso sí, asumiendo el dolor y la perplejidad derivados de la noticia.


Y he aquí que Dios, contemplando esa generosidad heroica interviene de nuevo y le manda un ángel en sueños, que le revela a José sus designios: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo." (Mt 1, 20) Y la paz y la luz volvieron al alma del justo José y todas sus dudas desaparecieron, y se convirtió en un hombre distinto, como señala San Pablo a los efesios: "se convirtió en depositario del misterio escondido desde siglos en Dios" (Ef 3,9).


Aquí un mensaje para cualquiera de nosotros: nos ayuda a comprender que vale la pena servir a Dios a pesar de las dificultades, dolores y pruebas.


Lucas evangelista también alterna con Mateo y aporta aquí su grano de arena: "Cuando se cumplieron los ocho días para la circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno" (Le 2, 1). Con la circuncisión se le imponía el nombre.

Y    de nuevo volvemos a las palabras del ángel en Mt 1, 21: "Le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados".

Y    José de nuevo oscila entre el dolor que aquella ceremonia causaba en el divino Hijo y el gozo de saber que aquel Niño derramaría hasta la última gota de sangre para llevar a cabo la salvación de todos los humanos que creyeron en El.

Cumple finalmente, en este cuarto domingo recordar la presentación de Jesús en el Templo, como señala Le 2, 22: "Cumplidos los días de su purificación según la Ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor". Y asimismo su encuentro con el anciano Simeón y las palabras de éste a su divina Madre, tras bendecirlos: "Puesto está para caída y levantamiento de muchos en Israel y para signo de contradicción; y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones". Simeón le descubre aquí la mala acogida que su Hijo tendrá en Israel y el dolor que por esto ella habrá de sufrir.

Y    asimismo José está asociado a ese dolor, en la medida en que a un padre le es posible estar asociado en la vida de su hijo, y aquel día José intuyó el dolor del Hijo y de su esposa, y los asumió como suyos.

Por Francisco Pellicer Valero