ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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viernes, 10 de febrero de 2012

Resumen de la conferencia impartida por el Rvdo. Angel Aguirre, en la reunión de formación de 21 de Enero.



LUGAR DE LA RELIGIÓN EN EL MUNDO DE HOY








Resumen de la charla que, con el precedente título, impartió nuestro Consiliario Rvdo. D. Ángel Aguirre en la Reunión de Formación de la Asociación Bíblica San Pablo, celebrada el 21 de Enero de 2012.



La religión ha ocupado a lo largo de la historia los más diversos lugares, desde los más altos hasta los más bajos. Pero lo que ocurre con ella hoy es distinto a lo de otras épocas, ya que cada época crea su propia sociedad, y la sociedad de hoy se caracteriza por su complejidad y cambios rápidos. Las expresiones características actuales son: "globalización", "sociedad de la red", y descubrimientos tecnológicos. Y aún se puede añadir el proceso de interculturalidad e interreligiosidad, e incluso las cuestiones sobre la vida y la esfera afectiva de la persona.

Esto ha hecho que cambien los términos de las discusiones sobre la religión. Los mayores hemos vivido lo que llamamos modernidad, pero los más jóvenes están viviendo ya la posmodernidad. Con la modernidad, la religión es colocada en la categoría de "costumbre", o en la de contingencias históricas. De este modo tenemos la reducción de la religión a hecho privado sin relevancia ni licitud pública. Es decir, que la modernidad no ha sabido o no ha logrado pensar en la relevancia pública de la religión. La posmodernidad ha ahondado aún más en el análisis exterior de la religión y en su desconocimiento interno. Los imperativos del subjetivismo y relativismo dominante consagran el axioma de moda, de que todas las religiones son guales.

Lo que ha ocurrido en Europa occidental, e.d. la ruptura progresiva entre la esencia de la religión y la cultura, viene de siglos. Los pensadores influyentes Marx, Freud, Nietzsche, buscando liberar al hombre de las ataduras de lo que ellos tenían por supersticiones, tabú sexual o capitalismo, atacaron la religión. Hirieron gravemente la cultura occidental.

¿Qué podemos pensar de todo esto? Algunos analistas creen que este nihilismo sólo es propio del pensamiento occidental y de las sociedades europeas. Que eso no comporta pérdida de dimensión religiosa. Que Dios sigue estando ahí. Que fuera de Europa, siguen diciendo, la religión es más predominante que en años anteriores. Nada me gustaría más que eso fuera así.

La laicidad ha de ser entendida como autonomía de la esfera civil y política, distinta de la esfera religiosa y eclesiástica, aunque no de la esfera moral, y tiene un valor reconocido por la Iglesia. Pero en no pocas ocasiones, laicidad tiene un matiz de contraposición a la Iglesia. Cuando esto ocurre, la laicidad se convierte en laicismo, y se pierde la neutralidad. La libertad de conciencia y la libertad religiosa son derechos reconocidos intemacionalmente.

"La libertad religiosa es un arma auténtica de la paz, con una misión histórica y profética. En efecto, ella hace valer y fructificar las más profundas cualidades y potencialidades de la persona humana, capaces de cambiar y mejorar el mundo. Ella permite alimentar la esperanza en un futuro de justicia y paz, y también ante las graves injusticias y miserias materiales y morales." Con estas palabras concluyó el Papa su mensaje para la jomada mundial de la Paz para el año 2010.



LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSE

 

        SEXTO DOMINGO
MUERTE Y GLORIFICACIÓN DE SAN JOSÉ


              La Liturgia de las Horas contempla la hora postrera del Patriarca, asistido por el propio Jesús y por su Madre María.

El Evangelio nos recuerda cómo José había sido el sostén de María y Jesús y les procuró lo necesario con su trabajo diario, siendo ejemplo de una clara fidelidad.

En cuanto al momento en que murió San José, nada se sabe de cierto ni exacto, por lo que cabe hacer algunos análisis y precisiones.

              La última vez que San José aparece en los Evangelios es cuando Jesús tenía doce años, con motivo de su viaje familiar a Jerusalén y en el que, perdido Jesús, es encontrado a los dos días felizmente discutiendo con los doctores de la Ley.

             Parece cierto que la muerte debió acaecer antes de la vida pública de Jesús. En Me 6, 3, se contiene una pregunta orientativa: "¿Pero no es este el hijo de María"?. Los expertos están unánimes en que no se aludía a las madres sino cuando el padre ya había fallecido.

              No se nombra a José cuando la Virgen es invitada en Cana de Galilea. La frase "el hijo del carpintero" aplicada a Jesús parece asimismo sugerir el fallecimiento de José.

José no aparece en el momento de la muerte de Jesús; y María es confiada por Jesús a Juan, su discípulo predilecto.

De todo ello los autores resultan conformes en que la muerte de San José se remonta a poco antes del comienzo del ministerio público de Jesús.

En cuanto a la muerte en sí misma de San José hay unanimidad en cuanto a lo pacífica de la misma:Asistencia cariñosa y tierna hacia el que se quiere de verdad; que fue asistido por la piedad filial del que lloró la muerte de Lázaro...; que parece lógico que a San José se le haya proclamado el "Patrono de la buena muerte", pues ésta le alcanzó al lado mismo y asido de las manos de Jesús y María.

Recordamos que en la capilla del Convento-Colegio de San José de la Montaña, de nuestra ciudad, existe una pintura en uno de los laterales del altar, que recoge con singular dignidad esa muerte dulce del Patriarca.

También se han suscitado lo que podríamos llamar opiniones sobre la suerte de su alma. Algunos autores, afirmando que el alma de San José habría ido al seno de Abraham; y otros que, tomando por base el texto de Mt 27, 52, sostienen u opinan que, entre los resucitados aludidos en esa cita, se hallaría San José con lo que el glorioso patriarca estaría ya en el Cielo en cuerpo y alma.

Acabaremos con una cita de San Bernardino de Siena que decía: "Piadosamente se puede admitir pero no asegurar que el piadosísimo Hijo de Dios, Jesús, honrase con igual privilegio que a su Santísima Madre a su padre nutricio... para que, como aquella Santa Familia vivió junta en laboriosa vida y en gracia amorosa, así ahora en la gloria feliz reine con el cuerpo y alma en los Cielos".

Por Francisco Pellicer Valero



EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS



"Señor, tú me has seducido y yo me he dejado seducir; te has sobrepuesto a mí, y has prevalecido. Se ríen de mí sin cesar ... maldito el día en que nací" (Jr. 20,7.14)

10.- EL DRAMA DE JEREMÍAS                                    


Tras esos acontecimientos, los babilonios eran los dueños de la situación, y nombraron rey de Judá a Sedecías diez años después, el cual se dejó llevar de los pro­egipcios de su corte, y creyó poder intentar un nuevo levantamiento contra el imperio neobabilónico, todo eso a pesar de las incansables advertencias del profeta Jeremías.

Jeremías fue llamado a ser profeta en el año 13° del reinado de Josías. Sabemos bastantes cosas de su vida gracias a su biógrafo y secretario Baruc. Y ahora, los babilonios se presentaron de nuevo en Jerusalén, esta vez, conducidos por Nabucodonosor II, hijo de Nabopalasar. Esto sucedió en 587/86. Los egipcio tuvieron que abandonar la ciudad, que sufrió un nuevo asedio, y fue atacada y saqueada. El templo de Salomón fue pasto de las llamas, quemándose también el Arca de la Alianza, que carecía de interés para los babilonios. Jeremías que asistió con ilusión a la reforma religiosa de Josías, asiste ahora a la caída del reino de Judá.

En esta ocasión, el conquistador hace un trabajo concienzudo: la ciudad es reducida a cenizas, lo que había quedado de la clase dirigente es también deportada. Sacan los ojos al rey Sedecías. Previamente le obligaron a presenciar las ejecuciones de sus hijos y otros miembros de su corte, en el cuartel general de los babilonios. Finalmente es encadenado y trasladado a Babilonia, donde encontrará la muerte.

Los babilonios liberaron al profeta JEREMÍAS, al que Sedecías había detenido acusándole de traición. El judío Godolías, amigo de Jeremías, es nombrado alto comisario babilonio. Gobierna con moderación, pero un fanático de la casa real lo asesina, tres años después, en su residencia de Atalaya. Por temor a las represalias, Jeremías es obligado a huir a Egipto con todos los habitantes de Atalaya. Morirá en el imperio del Nilo, pero no sabemos cuándo ni dónde, despreciado y lapidado por sus mismos compatriotas.

Le fueron atribuidas, en tiempos posteriores, las cinco Lamentaciones de artística composición, compuestas en Jerusalén o en el exilio, pero bajo la impresión inmediata de los acontecimientos dramáticos. Se refieren al abandono y destrucción de la ciudad santa.

Este fue el final del reino davídico. Si exceptuamos el breve período de los Macabeos, entonces termina la independencia político-estatal del pueblo judío, que no volverá a tener un Estado hasta mediados del siglo XX, 2.500 años después.


Angel Aguirre. Consiliario