ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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sábado, 31 de marzo de 2012

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

"Porque mi casa está en ruinas mientras cada uno de vosotros se preocupa de la suya" (Ag. 1,9)
12.- DESPUÉS DEL EXILIO

Ciro II apodado el Grande, fue saludado como Justo, como Pastor, incluso como Mesías. Se convirtió para todo el mundo antiguo en el prototipo del soberano ideal. Hizo su entrada triunfal en Babel el año 539 a. C, convirtiéndose en el fundador del Imperio persa que duraría casi 200 años. Abarcaba desde el Indo hasta la costa jónica de Asia Menor, y hasta la Ia catarata del Nilo. También la franja de tierra sirio-palestina estaba en manos persas.
¿Qué trato se dio a Israel?. El sistema de soberanía implantada por Ciro se asentaba en una sorprendente tolerancia, y en la promoción de las peculiaridades culturales y religiosas de las diversas regiones del Imperio. Ni siquiera se imponía el persa como lengua del Estado. Se mantiene el arameo, que estaba extendido por todo el Oriente, y del que el arameo de la Biblia es una rama. Ciertamente esta estrategia de tolerancia obedecía a un cálculo político, pues, por otra parte, los persas gobernaron con un rígido despotismo. Pero, con todo, representaba un logro histórico. Les interesaba la estabilidad, y en cuanto a la franja sirio-palestina, era importante la tranquilidad para asegurar los caminos de tránsito.
Ya el primer año de su reinado (538), Ciro tomó la decisión de publicar un edicto. Por él se permitía la reconstrucción del Templo de Jerusalén a costa del Estado, y la devolución de los objetos sagrados del Templo confiscados por Nabucodonosor. El regreso se puso en marcha de una forma lenta. Un primer grupo conducido por Sesbasar encontró serias dificultades para instalarse en tierras de Judá, que habían sido transferidas a manos de samaritanos mezclados con inmigración de origen sirio.
Hasta doce años después del edicto (y contra la resistencia de Samaría), no se comenzó con la construcción del "Segundo Templo", en el año 520. Sucedió esto siendo Zorobabel representante del Imperio persa en Judea, y Josué sumo sacerdote.
Mucho contribuyeron también las enérgicas exhortaciones de los profetas AGEO (Ag, 1,2-4), y ZACARIAS (Zac. 4,9). Estos, en agradecimiento, proclamaron como Mesías al davídico Zorobabel, siendo ésta la primera vez en la historia del mesianismo judío, que se atribuía tal título a una persona de la época. (El libro de Zacarías contiene 14 capítulos, que la crítica actual divide en dos partes. Sólo la Ia (caps. 1-8) sería hechura de Zacarías. La 2a sería del s. IV o fines del III.). Zacarías añade una segunda figura mesiánica en la persona del sacerdote Josué (Zac. 4,1-6.10.14). Esto pone de relieve que en aquel entonces reinaba una tensa expectativa escatológica, que contaba con un inmediato reinado de Dios. Resalta también la acción salvífica de Dios enemigo de un pueblo abocado al pesimismo y a la desesperanza.
ÁNGEL AGUIRRE ÁlVAREZ. CONSILIARIO

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