ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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viernes, 26 de diciembre de 2014

HUMILDAD Y COMPETITIVIDAD


HUMILDAD Y COMPETITIVIDAD



I.- LA COMPETITIVIDAD.

Según el diccionario, competir es contender dos o más personas entre sí, aspirando unas y otras con empeño a una misma cosa.
                Competitividad deriva de competir y viene a ser como la competencia brutal y, a veces, amoral, para lograr algo frente a otros, por cualquier procedimiento.

La panorámica social nos presenta:

                Los atavismos educacionales: pautas de conducta, incluso en familia, de que hay que superar a todos, ser el mejor; los juegos, deportes y competiciones responden en el fondo a tendencias en idéntico sentido: vencer al contrario, ganarle aunque sea en forma incruenta; algo así como una "muerte simbólica" del que pierde.
                Se nos ha enseñado que la vida es cruel, fea, mala y dura y había que afrontarla con toda la energía-violencia que fuese necesaria.
Literatura, cine y medios de comunicación nos presentan una sociedad hedonista y del bienestar; escándalos diarios; lujo y exhibicionismo; apología del triunfo a cualquier precio como modelos a seguir. Contracepción, eutanasia, aborto. Enseñanza con tendencia a la desertización da la religión, la moral, la autoridad, el deber y la disciplina. Todo son derechos, libertades, insubordinaciones, y ombligos.
Todo esto postula y empuja a la competitividad

II.- LA HUMILDAD

                               "El conocimiento de la propia verdad"
                               Yo añadiría que también de la ajena...
1.- DOBLE VERTIENTE DE LA HUMILDAD:
la parte NEGATIVA O MALA de cualquier alma
y la parte POSITIVA O "BUENA".

PARTE NEGATIVA.- Ese conocimiento de nuestra propia verdad tiene que llevarnos, con la ayuda de la gracia de Dios, a tomar conciencia de nuestras carencias, pecados, fallos y errores humanos frecuentísimos; omisiones sin cuento, respecto a Dios y a los demás; que, en definitiva y ante Dios, NO SOMOS NADA, si tenemos en cuenta que dependemos de él incluso para respirar.

PARTE POSITIVA.- Nuestra propia verdad, también pasa por una toma de conciencia serena y sin euforias ni vanidades estériles, de todo el conjunto de indudables realidades y cualidades positivas que todos solemos tener y que hemos recibido de dios: salud, belleza, gracia, inteligencia, memoria y voluntad, esposa, hijos, amigos, etc. O sea, lo que llamamos talentos.

PERO TODO NOS HA SIDO DADO POR DIOS EN UN ACTO DE AMOR INFINITO como medio más que suficiente para nuestra  salvación que, a la postre, es lo único importante.

2.- CORRECCIÓN DE LO NEGATIVO Y DESARROLLO DE LO POSITIVO
                               Es nuestra tarea, corrigiéndonos y desarrollando, mediante la experiencia y práctica de la repetición todos los talentos recibidos, que nos llevará a una profesionalidad con dos resultados: desarrollo con la ayuda de Dios de nuestras potencias y dones recibidos y toma de conciencia de nuestra capacidad de donación de esos bienes, y realización personal.

3.- NUESTRA PROPIA VERDAD ANTE DIOS: nada somos ante Dios


4.- LA VERDAD DE LOS DEMÁS: reconocer los valores ajenos, la superioridad de otras cabezas mejor amuebladas que la nuestra, concienciar las virtudes ajenas, comprender los fallos ajenos reconociendo cuántas veces corremos un velo sobre nuestros defectos a pesar de saberlos y conocerlos con especial clarividencia.

Por Rafael Villanova Carretero

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