ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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sábado, 5 de noviembre de 2011

NOCIONES DE MORAL

NOCIONES DE MORAL (2)

 



Hace falta un principio de referencia válido para todos a partir del cual podamos estructurar unos principios éticos y morales que orquesten una vida común social y coparticipada.

Para el hombre de hoy, es fundamental el kilo, el metro, la moneda y el precio de las cosas.

Pero la bondad de un conjunto de principios morales no puede depender del criterio personal. Hacen falta unos principios morales, un principio de referencia válido para todos. Y, por encima de todo, una verdad suprema.

Este principio es necesario para que el hombre se reoriente y alcance la tranquilidad interior.

El actual Papa ya dijo en 2007 que "el hombre tiene miedo de la verdad". Y es así, porque si existen unos principios rectores como verdad y mentira, ocurre que de inmediato nos vemos OBLIGADOS a aceptar una normativa con la secuela de un conjunto de obligaciones, tanto en el plano de la convivencia social como en el plano más elevado de las obligaciones morales.

Si quiero caminar seguro en mi relación con alguno, la veracidad y la lealtad son vitales para mí; pero, a la recíproca, deberé ofrecer una lealtad y una veracidad que sea también la garantía de mi interlocutor. Y esa reciprocidad es necesaria, no depende de la decisión personal en cada caso, sino de una normativa superior que está por encima de cualesquiera interlocutores y que se plasma en el consenso de la normativa civil y de la normativa moral que contribuye a purificar las conciencias a la hora de hallar y ejercer esas normativas.

Si no existen normas, ni faltas ni pecado, ni más responsabilidad que la que me dicta mi propio egoísmo, ocurre que la única forma de convivencia sería el pandillismo tan extendido en zonas urbanas y en sectores sociales cada vez más amplios.

La única verdad se halla en Jesús (Jn 8,31.32): "Si permanecéis en mi palabra seréis en verdad discípulos míos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres"

En septiembre de 2002 se hizo pública la declaración "Dominus Iesus" sobre la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo y de su Iglesia. Fue un texto polémico escrito después de un acuerdo en Ausburgo con los protestantes sobre la teología de la justificación.

Por aquellas fechas el hoy Papa salió al paso de la idea, cada vez más extendida, de que todas las religiones son vías igualmente válidas de salvación. Y vino a resumir esa postura -hoy prevalente en occidente- diciendo que "se puede definir, sin temor a equivocarse, con la palabra relativismo.

En el momento presente el diálogo no sirve para aproximar posturas, porque este concepto, hoy, está manipulado con la pretensión de un total plano de igualdad de las diversas religiones y concepciones religiosas de la vida.

Además, esta falsa idea de tolerancia se une a la pérdida y renuncia a la cuestión de la verdad que, hoy por hoy, es considerada como irrelevante o de segundo orden.

Por otro lado, se ha envilecido el propio concepto de diálogo. En la doctrina del Vaticano II el diálogo era el camino para descubrir la verdad.

En el pensamiento relativista, diálogo significa poner en el mismo plano la propia posición y las convicciones de los otros. Entonces resulta que solo se trata de intercambiar posiciones fundamentalmente iguales y en consecuencia todas ellas relativas.

La "Dominus Iesus" acepta el bien presente en las religiones como camino de salvación, sostiene que no debe perderse lo que de bueno y verdadero existe en las religiones, pero que no se pueden cerrar los ojos a los errores y engaños que también están presentes en las religiones.

En definitiva Ratzinger ya señaló la ventaja de que las personas y religiones se reencuentren en este mundo cada vez más junto; pero esto ha de ser con una seria pretensión de verdad sin la cual la valoración de las otras religiones se convierte en un absurdo y una contradicción, toda vez que sin un criterio para dilucidar lo positivo y lo negativo de una religión, la fe no se distingue de la superstición.

Jesús dejó dicho: "El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se le enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos. Pero quien lo cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos"(Mt 5,19). (Continuará)

ERREUVE

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