ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

sábado, 21 de mayo de 2016

LOS DOCUMENTOS DEL MAR MUERTO

LOS DOCUMENTOS DEL MAR MUERTO




            Los manuscritos del Mar Muerto son imprescindibles para conocer el judaísmo del Segundo Templo; y es imposible conocer cabalmente la figura de Jesús, sin conocer ese judaísmo, dice el escritor y comunicador César Vidal.
            Los que tenemos ya bastantes años, recordamos las noticias que nos hablaban de unos manuscritos que habían aparecido en la zona del Mar Muerto. Unos pastores cuidaban sus ovejas en aquellos parajes y se adentraron por unas bocas del terreno, en cuyo interior descubrieron aquí y allá unas vasijas conteniendo papiros escritos que se llevaron a sus casas. Hubo sucesivos descubrimientos, porque nadie sabía cuántos escondrijos podría haber. A partir de ahí, no todas las noticias estaban claras. Que si eran copias de esto y lo otro. Que si los rollos escritos los partían en trozos para sacar más dinero, etc.
            Todavía hoy cabe preguntarse: ¿qué fue de todo aquello?
            Este tema ha adquirido relieve últimamente porque habla de esos escritos un libro y la película del libro, que ha tenido y tiene mucha aceptación, demasiada diría yo, dado que está plagada de falsedades. Me estoy refiriendo al “Código da Vinci”.
            Este libro tiene además otro trasfondo, pues conecta directamente con las tesis islamistas. Las tesis islamistas que afectan a los católicos son, en este caso, que Jesús no era Dios, sino mero hombre. De ahí que se oponen a la profesión de la Santísima Trinidad, porque dicen que es una práctica politeísta. De donde se deduce que los cuatro Evangelios no son de fiar, ya que se escribieron muchos más, que fueron postergados por los católicos y sin embargo eran más fiables. Entre estos tiene predilección por el evangelio de Bernabé. Lo que manifiesta a este respecto “El Código da Vinci” es: “Jesús fue una figura histórica de inmensa influencia… Es comprensible que miles de seguidores de su tierra quisieran dejar constancia escrita de su vida. Para la elaboración del Nuevo Testamento se tuvieron en cuenta más de ochenta evangelios, pero solo algunos acabaron incluyéndose, entre los que estaban los de Mateo, Marcos, Lucas y Juan”. (p. 28)


            En cuanto a los manuscritos del Mar Muerto, dice: “Los manuscritos del Mar Muerto se encontraron en la década de 1950 en una cueva cercana a Qumram, en el desierto de Judea. Y también están, claro está, los manuscritos coptos hallados en Nag Hammadi en 1945. Además de contar la verdadera historia del Grial, esos documentos hablan del ministerio de Cristo en términos muy humanos. Evidentemente, el Vaticano, fiel a su tradición oscurantista, intentó por todos los medios, evitar la divulgación de estos textos”.(p. 29)
            Más adelante (p. 305) explicita lo del ministerio de Cristo,  diciendo que fueron los “primeros documentos del Cristianismo”. El problema de estos manuscritos  es que muchos hablan de ellos sin haberlos leído. En cuanto a los códices de Nag Hammadi, reflejan la mentalidad y las preocupaciones de grupos sectarios muy reducidos, durante el s. II.
            Lo del Mar Muerto fue un movimiento fundado por un personaje que se conoce como Maestro de Justicia. De hecho, en el Documento de Damasco se dice que el grupo surgió unos 390 años después de la destrucción del Templo de Jerusalén por Babilonia, es decir, hacia el 198 a. C. Y dice también que ese grupo estuvo durante 20 años como en tinieblas, pero al cabo de ese tiempo fue cuando apareció el Maestro de Justicia,. Lo que quiere decir que se puso en contacto con el grupo hacia 177 a. C.
            Este movimiento es una especie de historia de unos herejes del judaísmo, ya que tenían una visión muy especial sobre la Torah.
            En los primeros versículos del c. 8 de Daniel se describen hechos que corresponden al período histórico en que tuvo lugar la aparición del Maestro de Justicia. Daniel describe la visión de un carnero que tiene dos cuernos, uno más grande que el otro. Se trata de una referencia al imperio persa, formado por medos y persas (los persas tenían más importancia: el cuerno más grande). Después nos habla de un macho cabrío que vence al carnero. Es una referencia a Alejandro Magno. A Alejandro todavía se le sigue llamando en árabe “el de los cuernos”. E incluso en algunas monedas de la época aparece con unos cuernos de macho cabrío como los del dios Amón, el dios egipcio al que el conquistador identificaba con su nombre. A la muerte de Alejandro Magno, el imperio se reparte entre algunos capitanes, y de una de esas dinastías surgió un monarca, que en un principio se mostró favorable a los judíos, pero después fue profundamente enemigo. Era Antíoco IV. Él se creía un dios manifiesto, y por eso se denominaba Epifanes. Los judíos creían que estaba loco, y por eso le llamaban Epimenes.
            En el año 167 a. C. Antíoco IV decidió acabar con el pueblo de Israel mediante una política de asimilación. Hacia el 166 a. C., una familia denominada los Macabeos, decidió alzarse en armas contra él. Y entre los partidarios de los partidarios de los Macabeos se encontraba precisamente un personaje que conocemos como Maestro de Justicia.
            Uno de los manuscritos de Qumram, el Manual de disciplina, habla de que el grupo del Maestro de Justicia empezó a creer en unos contornos que describen lo que serían los tiempos de la posguerra, o sea, que el templo volvería a ser lo que era, con los correspondientes sacrificios, y la nación solo tendría que esperar a que llegara el Mesías.
            En efecto, Judas Macabeo recuperó la ciudad, y volvieron a consagrar el templo. Pero no se restauró el servicio, y el Maestro de Justicia no fue llamado a desempeñar un papel decisivo. Al contrario, muerto Judas, le sucede su hermano Jonatán, que fue nombrado sumo sacerdote por un monarca pagano, pese a no ser de familia sacerdotal. Entonces, el Maestro de Justicia reunió un grupo de seguidores, y se marchó al desierto. Pero, cuando menos lo esperaban, un día sagrado en que estaban desprevenidos, su enemigo Jonatán Macabeo, con sus tropas, les arrebató cuanto tenían, se mofó de ellos, y los dejó que se murieran de hambre. El Maestro de Justicia endureció más la forma de vida de sus seguidores.
            Durante el gobierno de Simón Macabeo (143-134 a.C.) ellos permanecieron en Qumram, y siguieron ahí durante el gobierno de Juan Hircano, el de su hijo Aristóbulo (104-103 a.C.) que se proclamó rey, durante el de Alejandro Janneo (103-76 a.C.), el de su esposa Salomé Alejandra (76-67 a.C.), y el de Hircano que venció a su hermano gracias a su servidor Antípatro (el padre de Herodes el Grande), quien provocó una intervención romana. El 63 a.C. Pompeyo interviene en Judea.
            Hircano y Antípatro (48-47 a.C.) abandonan a Pompeyo tras la derrota de Farsalia y se pasan al bando de César.
            Del 40-37 a.C., Antígono, hijo de Aristóbulo II, hermano de Hircano, se convierte en el último rey asmoneo (macabeo). Finalmente es asesinado por Herodes el Grande.
            El hecho de que Herodes no era judío (era idumeo) podía presagiar la venida del Mesías, conforme a la profecía del Génesis 49, 10 (que el Mesías vendría cuando el cetro de Israel pasara a manos no judías, y Herodes no era judío. Depuesto Arquéalo (6 d.C.), se inicia el período de los procuradores romanos.


            Los de Qumram habían abandonado su refugio, pero se desengañaron y volvieron otra vez allí. Sabemos que el 68 (dentro de la última guerra con Roma en 66-73 d.C.) los romanos llegaron a Qumram, y los esenios solo tuvieron tiempo de esconder en unas vasijas los documentos que han llegado hasta nosotros.
            Estos manuscritos nos dan la transmisión del texto del Antiguo Testamento de manera extraordinariamente fidedigna. Es decir, demuestran que el texto no ha sufrido alteraciones. Nos dan mucha documentación sobre los esenios y no esenios, y nos permiten entender mejor el judaísmo de la época.
            El pensamiento del Maestro de Justicia era que esa era una de las primeras veces en que un personaje lee la Biblia y ve que está diciendo algo que corresponde al momento en que se vive. Afirma también que a Dios no se le puede encajonar entre las cuatro paredes de un lugar sagrado. Y proyectó en su vida personal la espera muy cercana, a su juicio, de un Mesías venidero.
            Había gente que pensaba que había dos Mesías: uno que moriría, y otro que, por el contrario, vencería. Cuando Juan Bautista pregunta: “¿eres tú el Mesías, o esperamos a otro?, quiere decir ¿eres tú el Mesías que yo creo, o esperamos a otro Mesías vencedor?, Jesús contesta inteligentemente citando solo la 1ª parte del texto de Isaías 61, 1 y 15, que equivale a decir: “soy el Mesías consolador ahora; obviamente también soy el vencedor”.
            En los documentos de Qumram no ha habido manipulaciones: se han ido publicando ediciones de los mismos, y en estos momentos existen incluso ediciones en CD-ROM.

Por Angel Aguirre Alvarez
Fotografía: Mª del Carmen Feliu 

No hay comentarios:

Publicar un comentario