ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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sábado, 2 de abril de 2016

MUJERES DE LA BIBLIA: LIA Y RAQUEL

MUJERES DE LA BIBLIA 3: LIA Y RAQUEL



Jacob huye de su hermano a quien había engañado con motivo de la bendición paterna. Se marcha a casa de su tío Labán esperando encontrar un refugio y una mujer para casarse.
         En sus idas y venidas por el campo llega a un pozo y junto a él pastores con ovejas. Preguntando si conocen a Labán, aparece Raquel con sus ovejas; Jacob estalla en sollozos y se da a conocer como pariente suyo.
         Le cuenta lo ocurrido con su hermano y se halla desterrado y sin medios económicos. Ella va a contárselo a su padre. Pero Labán, hombre astuto y egoísta propone que se quede con él por un salario.
         Jacob se enamora de Raquel y desea casarse con ella. Su tío le pone como condición siete años de trabajo. Cumplido el plazo se casa con ella. Pero durante la noche Labán toma a su hija mayor Lía que tiene defecto en los ojos y se la lleva a Jacob que la toma por esposa.
         A la mañana siguiente Jacob descubre el engaño y se enfada con su tío. Pero este le dice que es costumbre que se case primero la hija mayor. Su descaro llega al colmo cuando promete darle también por esposa a Raquel con tal de que se comprometa a servirle otros siete años. Jacob se encuentra casado con las dos hermanas porque en aquella época eso estaba permitido.
         Pero resulta que Raquel era estéril y Lía tuvo cuatro hijos: Rubén, Simeón, Leví y Judá. Raquel siente celos de su hermana y le entrega a su esclava Bhila para tener hijos de ella y nacen Dan y Neftalí.
         Lía no quiere ser menos que su hermana y por medio de su esclava Zilpa nacen Gad y Aser.
         El resto de la historia de las dos hermanas sigue caracterizado por el deseo de tener más descendencia. A Lía le nacen dos hijos y una hija: Isacar, Zabulón y Dina, y a Raquel que ha conseguido de Dios hacerse fecunda le nacen José y Benjamín.
         Las relaciones de Jacob con su tío Labán se van haciendo más tensas. Después de haberle servido catorce años por el matrimonio con sus hijas le exige 6 años más para procurarse ganado.
         Por fin Jacob y sus esposas regresan a Canaán. Los dos hermanos Esaú y Jacob se reconcilian. Quieren visitar un famoso santuario, pero antes tienen que deshacerse de sus dioses extraños, que son enterrados. Jacob hace un acto de fe en el único Dios, de modo que Lía y Raquel pueden tomar parte en la veneración del verdadero Dios que había hecho su alianza con Abraham, Isaac y Jacob.


Por Francisco Pellicer Valero

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