ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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sábado, 31 de diciembre de 2011

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS

EL ENTORNO DE LOS PROFETAS



"El me dijo:-Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles:-¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor!. Así dice el Señor a estos huesos:- Yo mismo traeré sobre vosotros espíritu, y vivir éis".(Ez. 37,5)



9.-...EZEQUIEL...



            Con todo, la reforma de Josías, aquel enérgico rey reformador tan lleno de esperanza, acabaría en tragedia.

Tres años más tarde de la caída de Nínlve, es decir, en el 609, el faraón Necao II avanzó hacia el norte con sus tropas para ayudar al ejército asirlo que sobrevivía en Jaran. El rey Josías de Judá cometió la osadía de pretender cerrar el paso al faraón en Meguido. Los egipcios lo apresaron antes de la batalla ( lo que induce circunstancias nada claras), y lo ejecutaron de Inmediato a la edad de cuarenta años. En ese Instante se esfumó la reforma de Judá. Sin embargo, lo acaecido en torno a la reforma de Josías se clavó en la memoria del pueblo, e Iba a tener futuro.

El país, pues, caía de nuevo bajo la soberanía egipcia, que luego sería suplantada por otra dominación: la del imperio neobabilónico, también llamado caldeo debido al fundador del imperio, Nabopalasar, de la tribu de los árameos. La cosa estaba clara: después de Josías la monarquía tenía los días contados. Había llegado también el final del reino del Sur, casi siglo y medio después del ocaso del reino del Norte.

En efecto, el rey Joaquín, de Judá, el reverso de su padre Josías, Intentó librarse de la dominación babilónica, y tropas de ese imperio ocuparon el país en el año 598/97, sitiando Jerusalén. Durante el asedio, Jeconías sucedió a su padre en el trono de Judá, y evitó la destrucción abriendo las puertas de la ciudad. Pero, naturalmente, la ciudad y el templo fueron saqueados, los tesoros del templo llevados a Babilonia, el joven rey, su harén y la clase alta, deportados a Babilonia. Entre los deportados se encontraba el profeta EZEQUIEL, componiendo el proverbial número de los "diez mil" (2Re. 24,14)

Ezequiel sintió su "llamada" en el 593, ya en Babilonia, y fue, junto con Isaías y Jeremías uno de los que tuvieron visiones de "llamamiento" (Ez. 1,1-3,15). Inlcialmente interpretó el exilio como castigo, porque el pueblo había apostatado de Yahvéh. Pero a partir del 587/86 comenzó a expresar con claridad creciente, la esperanza de renovación en cada Individuo, de la restauración del reino unificado, y de la reconstrucción del templo. Su visión de la resurrección de los huesos calcinados (Ez. 37,1-14) emociona a muchos judíos hasta arrancarles lágrimas. Espera que esa transformación del Individuo se llevará a cabo mediante el perdón de la culpa, la renovación del corazón, y la donación del espíritu divino.

Angel Aguirre. Consiliario.

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