¿CÓMO PODEMOS CONOCER A DIOS?
El Catecismo de la Iglesia Católica toca el tema en numerosos puntos. No voy a citarlos todos. Prefiero situarme en el punto 50 del mismo y, desde allí, ampliar a varias dimensiones que me parecen fundamentales.
El número citado menciona dos fuentes de conocimiento de Dios por el hombre:
Ia/ La razón natural.
2a/ La Revelación divina.
______ En punto a la razón natural, dice el Catecismo que "el hombre puede
conocer a Dios con certeza a partir de sus obras".
______ Por la Revelación, Dios quiso y quiere comunicar su propia vida divina
a los hombres libremente creados por Él, dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina (Vaticano II, Cons. Dog. Dei Verbum2).
En este sentido, Dios quiere comunicar su vida divina a los hombres para hacer de ellos, en su Hijo único, hijos adoptivos (Ef 1, 4-5); quiere hacer a los hombres capaces de conocerle y de amarle hasta un nivel superior a sus propias fuerzas (CIgC 51-52).
Este designio de Dios lo realiza ya a lo largo de toda la historia pasada y presente mediante acciones y palabras. O sea:
1) Por un lado, Dios realiza la creación como realidad perenne -para estudio y admiración del hombre- y, sobre todo, para su interrogación ante el indiscutible misterio subyacente.
2) Además de esto, Dios se manifestó a nuestros primeros padres desde el principio, como expone la Constitución dogmática Dei Verbum.
Y no solo esto sino que, conociendo de antemano que Adán pecaría, preparó desde el primer momento de la creación la solución, es decir:
a) Alentó en nuestros primeros padres la esperanza de salvación con la promesa de la redención.
b) Tuvo un incesante cuidado del género humano.
Luego y en su momento, Dios Padre realiza la alianza con Noé, que es la etapa inicial de su proyecto de salvación.
Con el tiempo Dios elige a Abraham para hacer de él "padre de una multitud de naciones"; luego, constituye a Israel como su pueblo salvándolo de la esclavitud de Egipto y estableciendo la alianza del Sinaí; y lo hace pueblo sacerdotal (Dt 28) tutelado, a lo largo de los monarcas sucesivos, por los profetas, mensajeros del Señor.
Y todo este proceso de siglos culmina con Cristo Jesús "mediador y plenitud de toda revelación" (DV 2) como ya dijo san Pablo en la carta a los Hebreos: "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" (Hb 1, 1-2).
ERREUVE
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