LA ORACION DEL PADRE NUESTRO (I)
I.
EL TEXTO
El
Padre Nuestro (PN) aparece dos veces, en Mateo y en Lucas, de manera diferente
Mt 6, 9-13
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Lc 11, 2-4
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padre nuestro
que estás en los cielos
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padre
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santificado sea tu nombre
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santificado sea tu nombre
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hágase tu voluntad
como en el cielo
también en la tierra
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el pan nuestro que
necesitamos
dánosle hoy
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el pan nuestro que
necesitamos
dánoslo cada día
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perdónanos nuestras deudas
como también nosotros
hemos perdonado a nuestros
deudores
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perdónanos NUESTROS
pecados
ya que también nosotros
PERDONAMOS
a todo el que nos debe
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no nos metas en tentación
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no nos metas en tentación
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más líbranos del mal
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En
las dos redacciones hay coincidencias plenas: primera y segundas petición. Hay
diferencias de matiz: en la cuarta petición: Mateo dice "hoy" y Lucas
"cada día"; en la quinta petición, Mateo dice "deudas" y
"deudores" y Lucas escribe "pecados" y "todo lo que
nos debe"; Mateo dice "hemos perdonado" y Lucas
"perdónanos". Hay también diferencias substanciales: La tercera y la
séptima petición de Mateo son omitidas por Lucas. Además, la invocación de
Lucas se limita al nombre "Padre" mientras que añade Mateo "Nuestro,
que estás en los cielos".
Se ha escrito mucho sobre la diferencia
de estos dos textos. Veamos lo que dice le prestigioso exegeta Joaquín
Jeremías: "Por lo que se refiere a
las divergencias de las dos versiones que hallamos en Mateo y Lucas, el
resultado de nuestra investigación es que no se derivan de intervenciones de
los evangelistas, sino que tenemos ante nosotros dos versiones de dos iglesias
diferentes: la judeocristiana de Mateo y la paganocristiana de Lucas; la
primera se dirige a penosas que han aprendido a orar, pero cuya oración corre
peligro; la segundas, a personas que todavía han de aprender a orar como es
debido" (J. Jeremías,. "Teol.
Nuevo Testamento").
Respecto a cuál de los dos textos es
más antiguo, escribe el mismo autor: "Según todo lo que sabemos sobre las
leyes que rigen en materia de transmisión de textos litúrgicos, cuando se
presentan casos como este, donde la redacción más breve se halla íntegramente
contenida en la más amplia, debe considerarse la corta como redacción
original" (J. Jeremías: Abba, pág. 221).
Sobre estas dos versiones de la oración
del Padre Nuestro, el P. Alonso Díaz opina que Jesucristo no quiso dictar una
fórmula inmutable de oración, sino decirnos cuál debe ser el espíritu con que
debemos hacer nuestras peticiones: espíritu filial que busca ante todo la
gloria de Dios (Teología del Padre Nuestro, p. 34).
II.- PARTES DE QUE CONSTA.- En
la oración del Señor encontramos prácticamente la correcta relación entre Dios
y el hombre, el cielo y la tierra, lo religioso y lo social, manteniendo la
unidad en el único proceso.
La primera parte consta de tres
peticiones y se refiere ala causa de Dios; la segundas tiene cuatro peticiones
y habla de los intereses de los hombres. El Padre Nuestro sería la oración de
los derechos divinos y los derechos humanos: por una parte, Dios tiene derecho
a que su nombre santo sea respetado y glorificado, a que su reinado sea
realidad en el mundo y a que se cumpla su voluntad; por otra parte, el hombre
tiene derecho al pan necesario, al perdón indispensable, a la ayuda en el
peligro y a ser librado del mal. Así se expresa Leonardo Boff (El Padre
Nuestro, pág. 12).
Sobre esto –afirma Martín Nieto en
"Padre Nuestro", pág. 22- hay que decir lo siguiente: El hombre, ante
Dios, no pude hablar de derechos. Todo lo que podemos pedir a Dios, todo lo que
Dios nos da, es un don, todo es gracia, fruto del Amor misericordioso de Dios.
En el Padre Nuestro distinguimos, en efectos, dos partes, pero en ellas no
podemos ver un paralelo con las tablas de la Ley de Dios: la que se refiere a
Dios y la que se relaciona con los hombres. Creo, sigue diciendo Martín Nieto,
que tanto en la primera parte como en la segunda, se consideran sólo los
intereses del hombre. Las siete peticiones nos sitúan en el plano humano y se
refieren a las necesidades humanas. Es el hombre el que tiene necesidad de que
el nombre de Dios sea santificado, de que el reinado de Dios sea una realidad,
de que Dios cumpla su voluntad, su proyecto de salvación del mundo. Ninguna de
las siete peticiones considera los intereses de Dios, su proyecto de salvación
del mundo. ninguna de las siete peticiones considera los intereses de Dios.
Dios no tiene necesidad alguna de que el hombre se gafa defensor de sus derechos.
Francisco Pellicer Valero
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