MUJERES DE LA BIBLIA 7: ABIGAIL
Abigail,
esposa primera del rico propietario Nabal y después una de las esposas del rey
David, ha pasado a la historia como el prototipo de la prudencia y sagacidad.
Los datos sobre su vida se recogen en 1 Sam 25, 2-44.
David
y los suyos habían agotado en el desierto todas sus provisiones; mandó a 10
muchachos a hablar con Nabal para que le ayudasen. Pero este hombre insensato,
se burla de David y los despide injuriando a su jefe.
Esto
provoca una justa cólera contra David y piensa mandar a 400 de sus hombres para
dar muerte a Nabal y a todos los suyos.
Uno
de los criados advirtió a Abigail de lo que pasaba y ésta mandó a su criados
que preparasen a toda prisa. 200 panes y 2 odres de vino, 5 carneros ya
preparados, 5 medidas de grano tostado, 100 pasteles de uvas pasas y 200 tortas
de hijos secos. Lo cargaron sobre los asnos y montada en uno de ellos la
prudente y hermosa Abigail.
Cuando
se encuentra con David, baja del asno, se postra en tierra y le da toda clase
de explicaciones y disculpas: ella no sabía nada de lo ocurrido; de saberlo se
hubiera resuelto sin dificultad. En cuanto a su marido no hay que tomarlo en
serio porque es un loco y un necio. El Señor te ha librado de derramar sangre y
de vengarte por su propia mano. Te ruego que este obsequio que tu sierva te
hace sea para los muchachos que te siguen.
El
discurso de Abigail, modelo de prudencia y sensatez, se transforma en una sabia
evocación de todo lo que el futuro rey de Israel debe al Señor. El a está
segura de que David combate las batallas de Dios, que su causa es justa, que
saldrá incólume de las persecuciones de Saúl y que llegará a ser rey de Israel.
Cuando llegue ese día no tendrá remordimiento alguno.
Abigail
cuenta todo esto a su marido y éste cae en la cuenta del peligro a que había
expuesto a sí mismo y a su familia y es tal el pavor que se apodera de él que
sufre un ataque de apoplejía y muere.
La
noticia del fallecimiento de Nabal llega pronto a David y le produce un gran
regocijo. Su muerte le presenta la imagen de aquella agraciada mujer tan
inteligente y a la vez tan temerosa de Dios. Piensa que Abigail merecía una
suerte mejor de la que le había tocado vivir con Nabal y decide hacerla esposa
suya. Manda una embajada para pedir a Abigail en matrimonio.
Fueron
donde se encontraba esta viuda y le dijeron: “David nos envía a ti para
pedirte que te cases con él.” Ella se levantó, se postro en tierra y
dijo: “Aquí está tu esclava dispuesta a lavar los pies de los criados de mi
señor” (1 Sam 25, 41).
Se
levantó a toda prisa y montó en su asno; la acompañaban 5 de sus doncellas.
Siguió a los mensajeros de David y se casó con él. David tenía otra mujer
llamada Ajinoán.
De
la vida posterior de Abigail con David y de sus relaciones con la otra que
compartía el lecho matrimonial tenemos muy pocas noticias. Sabemos que viviría
las peripecias de David que estaba perseguido por Saúl; en Hebrón asistió a la
coronación de David como rey de Judá. Durante este tiempo la vida de Abigail
transcurriría con más tranquilidad pero teniendo que compartir el afecto de su
marido con otras cinco mujeres. Sabemos también que tuvo un hijo llamado Kilab,
que fue el segundo hijo de David.
Por Francisco Pellicer Valero
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