ACTUACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE JESÚS (2)
C).- CRISTO,
OBRA MAESTRA DEL ESPÍRITU SANTO:
Aunque decimos en el Credo que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo, la presencia del Espíritu Santo en Cristo
constituye un aspecto al que no siempre se le ha prestado la debida atención.
No obstante, la realidad histórica de Cristo se halla de tal manera vinculada
al Espíritu Santo que la omisión de esta relación acarrea inevitablemente una
seria mutilación a la figura de Cristo y vuelve difícilmente inteligibles
aspectos esenciales de su actividad. Podemos afirmar que CRISTO CONSTITUYE LA
OBRA MAESTRA DEL ESPÍRITU SANTO.
Consideremos tres momentos en los que el Espíritu
Santo irrumpe poderosamente en Cristo, creando en cada caso una situación
nueva: la concepción inaugura el momento mismo de su existencia terrena, el
bautismo abre la decisiva etapa de su vida pública, y la resurrección marca un
giro radical: la superación del estado de Kénosis (= anonadamiento) y el inicio
de su estado glorioso.(3)
a).- LA
ENCARNACIÓN.-
El misterio de la Encarnación se nos presenta como el acontecimiento histórico en que Dios cumple su voluntad, tantas veces anunciada en el Antiguo Testamento, de irrumpir en la vida de los hombres para su salvación.
El misterio de la Encarnación se nos presenta como el acontecimiento histórico en que Dios cumple su voluntad, tantas veces anunciada en el Antiguo Testamento, de irrumpir en la vida de los hombres para su salvación.
La
intervención del Espíritu Santo tiene un doble significado: por una parte, hace
posible la realidad misma de Cristo como Dios hecho Hombre; con ello abre a
toda la humanidad un horizonte de salvación y la eleva a una sublime dignidad.
El Espíritu Santo es el artífice de este misterio en el que radica el
fundamento y la originalidad del Cristianismo. Pero además, se hace presente en
el alma el Espíritu Santo y habita en ella de un modo permanente y pleno. Esto
constituye un dato imprescindible para comprender su vida y la incidencia de su
vida en nosotros.(4)
b).- EL
BAUTISMO.-
El Bautismo en el Jordán supuso una nueva efusión del Espíritu Santo sobre Jesús, en virtud de la cual su existencia tomó un rumbo nuevo: Jesús queda públicamente confirmado como Mesías y el Espíritu Santo impulsa a Jesús a la actividad pública. Según Lucas (4,1) Jesús está lleno del Espíritu Santo y es la fuerza de este Espíritu, (Lc 4, 14) la que le guía en sus decisiones. El ministerio de Jesús, bajo todos sus aspectos, lleva el sello del Espíritu, un Espíritu que nunca ha estado ausente de su vida y que ha guiado, inspirado e impulsado su actividad mesiánica.
El Bautismo en el Jordán supuso una nueva efusión del Espíritu Santo sobre Jesús, en virtud de la cual su existencia tomó un rumbo nuevo: Jesús queda públicamente confirmado como Mesías y el Espíritu Santo impulsa a Jesús a la actividad pública. Según Lucas (4,1) Jesús está lleno del Espíritu Santo y es la fuerza de este Espíritu, (Lc 4, 14) la que le guía en sus decisiones. El ministerio de Jesús, bajo todos sus aspectos, lleva el sello del Espíritu, un Espíritu que nunca ha estado ausente de su vida y que ha guiado, inspirado e impulsado su actividad mesiánica.
La
Redención de la humanidad se efectúa como un gesto de amor y solidaridad del
propio Dios con la humanidad pecadora. Y es en la Cruz donde este gesto
solidario del Hijo enviado por el Padre alcanza su más absoluta realización.
En el interior del gesto oblativo de Cristo,
posibilitándolo y suscitándolo, se encuentra el Espíritu Santo, que transformó
el sufrimiento en Amor redentor.(5)
c).- LA RESURRECCIÓN.-
La última y definitiva intervención del Espíritu Santo en Cristo tuvo lugar en el acontecimiento de la Resurrección. acontecimiento que realiza el Padre con el poder del Espíritu.
La última y definitiva intervención del Espíritu Santo en Cristo tuvo lugar en el acontecimiento de la Resurrección. acontecimiento que realiza el Padre con el poder del Espíritu.
La Resurrección no destruye la identidad personal de
Jesús, El Resucitado no es alguien distinto del Crucificado. Y sin embargo el
cambio que se ha producido en Él es profundo y radical, pues ha modificado
cualitativamente las condiciones de su existencia prepascual de limitaciones y
servidumbres.
Del Padre parte la iniciativa de la acción
resucitadora. Pero el Espíritu es el principio inmediato, el agente ejecutor de
la Resurrección, pues lo suyo es suscitar vida con la inmediatez de su
presencia y de su operación personal.
En adelante vive para Dios; pero la vida de Cristo
para Dios significa al mismo tiempo una vida desbordante de Dios para Él: lo ha
constituido “por encima de todo
principado, potestad, autoridad y dominio, y por encima de cualquier otro
título que se precie de tal, no sólo en este mundo presente, sino también en el
futuro“ (Ef 1, 21) .(6)
(1) Comité Jubileo 2000:El Espíritu Santo y Cristo.El
Espíritu del Señor,o.c.págs 62 s.s.
Bauer:El
Espíritu de Dios y Jesucristo.Dicc.Teol.Bíblica,col.347-350
(2) Juan Pablo II:El Espíritu Santo,autor de la Santidad
de Jesús.Creo en el Espíritu Santo.O.c.pág 206
(3) Adolfo Barrachina:Comentario Dominum et
Vivificantem.Ed.Edicep.Valencia,1998,págs 132-212
(4) Juan Pablo II:Jesús,concebido por el Espíritu
Santo.Creo en Jesucristo.Ed.Palabra.Madrid,1996,págs 26-31
(5) Ch.Schütz:El Bautismo de Jesús.Mysterium
Salutis.Vol.III.Ed.Cristiandad.Madrid,1980,págs 611-620
(6) A.Díez Macho:Realidad histórica de la Resurrección de
Cristo.La Resurreción de
Jesucristo y la del hombre.Ed.Fe Católica.Madrid,1977,págs
261-282.
Por Francisco Pellicer Valero
Fotografía: Mª del Carmen Feliu Aguilella
Fotografía: Mª del Carmen Feliu Aguilella
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