El único autor del
Nuevo Testamento que denomina PARÁCLITO al Espíritu Santo es San Juan y los
cinco pasajes en que aparece esta palabra se hallan en el discurso de Jesús en
la última Cena.
Según el profesor de
la universidad de Salamanca Dr. Fernández Ramos, el vocablo paráclito se deriva
del verbo griego “parakelein”, que tiene dos significados: “llamar hacia sí”,
del que surgen otros, como pedir la ayuda de alguien, invocar y exhortar, en el
sentido de dar ánimo, consolar. En el trasfondo se halla la figura del
intercesor. En el Evangelio de Juan tiene el sentido amplísimo de ayudante,
asistente, sustentador, protector, abogado, procurador, y sobre todo, el de
animador e iluminador en el proceso interno de la fe.(1)
EL PARÁCLITO COMO MAESTRO.- Dice Jesús a los Apóstoles que el Paráclito “hará que recordéis lo que yo os he enseñado
y os lo explicará todo” (Jn 14, 26). Que el Paráclito ha de enseñar quiere
decir que actuará como Maestro. También a Jesús se le llama Maestro. No
obstante hay una diferencia: Jesús comunicó la Buena Noticia de su Reino con
palabras humanas, mientras que el Paráclito no actúa externamente, sino en el
interior de las almas, haciendo capaces de captar la doctrina de Jesús y
hacerla suya.
También
el Paráclito nos hará recordar la Persona y la doctrina de Jesús, no
limitándose a memorizar las palabras pronunciadas por Él para que no las
olviden, sino actualizándolas, porque la fidelidad a Cristo no consiste en
hacer y decir lo que Él hizo y dijo: hay que ser fieles a lo esencial y
permanente del Evangelio, pero teniendo la creatividad suficiente para
transmitir la fe de siempre con formas nuevas, para adaptarse a la mentalidad
del hombre de una determinada época histórica.(2)
EL
PARÁCLITO COMO TESTIGO.- Es Jesús mismo el que
envía el Espíritu Santo para que dé testimonio de Él y al mismo tiempo procurar
que también sus discípulos sean testigos. Cuando hablamos de testigo suponemos
un proceso.
Aplicado al Espíritu
Santo dicho proceso se desarrolla en dos frentes:
a).-El proceso interno
es el de la propia Fe. El Paráclito es enviado a los discípulos para
afianzarles en la Fe. Su testimonio es un testimonio de iluminación interior.
Sin el testimonio del Paráclito no hubiera sido posible la Fe de los discípulos
o su permanencia en ella.
b).-En cuanto al
proceso externo al que ha sido sometida la comunidad cristiana por parte de los
dirigentes del pueblo, el Paráclito actuará a través de los discípulos: es como
la manifestación externa y la prolongación visible del testimonio del
Paráclito. (Jn 15, 26-27)
El Paráclito será el
abogado defensor de los Apóstoles y de todos aquéllos que a lo largo de los
siglos serán en la Iglesia los herederos de su testimonio y apostolado,
especialmente en los momentos difíciles que comprometerán su responsabilidad
hasta el heroísmo.(3)
EL PARÁCLITO Y EL MUNDO.- Recordemos que, con frecuencia, el mundo en San Juan,
tiene un sentido negativo, peyorativo. Está dominado por Satanás y encarna la
oposición radical a la misión de Jesús. (Schökel: "Notas exegéticas",
pág 276)
Otra función del
Paráclito es probar que el mundo judío se equivocó en su relación con Jesús:
1º. En primer lugar,
es reo de pecado por negarse a creer en Jesucristo, a pesar de los numerosos
signos (milagros) que había realizado
entre ellos.
2º. En segundo lugar,
el Paráclito demuestra que Jesús, a quien el mundo juzgó culpable, era
realmente Inocente y Justo, ya que Dios-Padre le dio la razón resucitándole.
3º. En tercer lugar,
si la hora de la Pasión y Muerte de Jesús representaba el enfrentamiento con el
príncipe de este mundo, la victoria de Jesús sobre la muerte supuso su victoria
sobre Satanás y su condenación. (Jn 16, 8-11)
No
obstante, a pesar de todo esto, puesto que Jesús no vino para condenar sino
para salvar, el Paráclito no se limita a denunciar el mal, sino que trata de
convencer al mundo de sus errores y orientar a todos los hombres hacia la
salvación definitiva.(4)
EL PARÁCLITO Y EL ESPÍRITU SANTO.- De las afirmaciones conjuntamente consideradas sobre el
Paráclito se deduce que su presentación no difiere fundamentalmente de lo que
se dice en otros pasajes del Nuevo Testamento sobre el Espíritu Santo.
Sin embargo, sus
coincidencias y semejanzas no nos llevan a la conclusión de una absoluta
identificación entre el Paráclito y el Espíritu Santo. Algunas funciones del
Espíritu Santo, como la regeneración, el nuevo nacimiento, la recreación y el
perdón de los pecados, nunca son atribuidas al Paráclito. El cuarto Evangelio
presenta al Paráclito como el Espíritu Santo en un papel especial, es decir,
como la presencia
personal de Jesús
entre los cristianos mientras el Hijo está con el Padre. Este papel especial
es el
que ha obligado a San Juan a
darle un título nuevo, que no lo distancia del Espíritu Santo, pero que intenta
especificarlo de una manera más precisa.(5)
SEMEJANZAS ENTRE EL PARÁCLITO Y JESÚS.- Podemos encontrar, según el profesor Fernández Ramos, las
siguientes semejanzas:
1º. El Paráclito es
enviado por el Padre o, lo que es igual, procede de Él (Jn 14,16; 15,26). El
mismo Jesús se presenta como el enviado del Padre (Jn 5 , 30; 8, 16-17) o lo
que es igual, ha salido de Dios (Jn 8 ,42; 13, 3)
2º. El Paráclito no es
visible al mundo, sino sólo a los creyentes, (Jn 14,17). Jesús no es visible al
mundo sino a los creyentes en Él en cuanto Revelador (Jn 1,10.12; 8,14.19;
17,8).
3º. El Paráclito
enseña y guía a la verdad (Jn 14,26; 16,13). Jesús enseña y guía a la verdad
(Jn 7, 16-17; 8, 32.40 s.s.)
4º.
El Paráclito no habla por sí ni por cuenta propia (Jn 16,13); Jesús no habla por su cuenta, sino
que ha cumplido el encargo del Padre (Jn 7, 16-17; 14, 31).
5º. El Paráclito da
testimonio de Jesús frente al mundo al que convence de su error (Jn 15,26 ; 16,8).
Jesús da testimonio de sí mismo (Jn 8,14) y convence al mundo de pecado (Jn
3,20 ; 7,7).
De
esta simple comparación se deduce que el Paráclito es una figura paralela a
Jesús. Una especie de “alter ego” en relación con Jesús, y ésta es la
peculiaridad joánica. Precisamente por eso no había Espíritu Paráclito (Jn 7, 39), no podía haberlo antes de la
glorificación de Jesús. El Paráclito necesariamente tiene que ser posterior a
Jesús, puesto que es un modo de presencia de Jesús mientras éste se halla ausente
(6)
(1) Felipe Fernández Ramos:El
Espíritu Paráclito en San Juan (Conferencia).
(2) Raymond Brown: El Paráclito
como Maestro.Ev.Jn.Ed. Cristiandad.Madrid,1979.Vol.II,págs 903-904;976-979.
De la Potterie: La enseñanza
del Paráclito. Ed.Sígueme Salamanca 1967,págs 93-97.
(3) Durrwell:El Espíritu,testigo
de Jesús.El Espíritu Santo en la Iglesia.Ed.Sígueme.Salamanca,1990, pág 77.
Catequesis Diócesis
Valencia:El Espíritu de la Verdad da testimonio de Jesús.Valencia 1998,pág 37.
(4) I.de la Potterie:El Paráclito
y el Mundo.La vida según el Espíritu.Ed. Sígueme.Salamanca,1967,págs 90-92.
Muñoz Iglesias:El Espíritu y
el mundo.El Espíritu Santo.o.c.págs 189-193.
(5) Felipe Fernández Ramos:El
Paráclito y el Espíritu Santo.El Espíritu Paráclito en San Juan.
(6) Congar:Relaciones estrechas
del Paráclito con Jesús,o.c.págs 83-85.
Por Francisco Pellicer Valero
Fotografía: Mª del Carmen Feliu Aguilella
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