LA ORACION DEL PADRE NUESTRO (XXII)
Y LIBRANOS DEL MAL
La última petición del Padrenuestro tiene como objeto la realidad más hiriente y más negativa que existe: el mal del mundo. La petición está íntimamente vinculada a la anterior, que pedía no caer en la tentación.
Y LIBRANOS DEL MAL
La última petición del Padrenuestro tiene como objeto la realidad más hiriente y más negativa que existe: el mal del mundo. La petición está íntimamente vinculada a la anterior, que pedía no caer en la tentación.
El vocablo griego “poneros” significa: mal,
maligno, inicuo y perverso. Aparece unas setenta veces en el Nuevo Testamento.
Se puede referir al mal en general, a las diversas clases de males o también al
Maligno.
El verbo griego “riomai”, significa “traer hacia sí“,
“arrancar del peligro”, “salvar“. Aparece diez veces en el N.T. Se trata de
liberar de un peligro en el que ya estamos metidos
UN MUNDO LLENO DE MALDAD,-
Aunque el mundo en sí mismo es bueno (Gen 1,
4.10.12.18.21.25.), está lleno de maldad.“ Por
un hombre entró el pecado en el mundo“ (Rom 5,12). En todo el entramado de
nuestra vida está presente el mal, sea físico, moral o social.
El mal –dice Martín Nieto en el Padrenuestro, p.210-
bajo el punto de vista humano es un misterio absurdo, injustificable,
incomprensible. Intentar explicarlo es querer explicar lo inexplicable. Razón
tiene cuando dice Qohélet: “Vanidad de
vanidades . Todo es vanidad “ (Ecl.1,2).
El mal sólo es explicable desde la fe, desde el
acontecimiento culminante de la historia, desde un Dios que se hace hombre y
muere en la cruz. Sólo desde la fe en ese Dios ejecutado, muerto y resucitado,
puede admitirse y, en cierto modo explicarse, el mal. La cruz “escándalo para los judíos y locura para los
paganos, es poder y sabiduría (Cor 1 ,23-24), para los que tienen fe”.
Ante el mal, la
cuestión no es encontrar a alguien a quien cargarle las culpas, ni formular un
explicación racional bien elaborada, que justifique su origen, su propagación y
sus características. Se trata de la manera de defenderse del mismo y de
vencerlo; mejor dicho, hay que responder al mal con el bien (Ro 12,21).
JESUS VENCEDOR DEL MAL.-
Tampoco Jesús se entretuvo en dar respuestas teóricas
al problema del mal. Desde el principio de su actividad en Galilea, se presenta
como el Mesías enviado“ Para anunciar a
los cautivos la libertad..., para dar la libertad a los oprimidos “ (Lc
4,18). Muchas de sus acciones son una muestra de su lucha contra el mal. En su
actitud destaca de una manera especial, como campo predilecto de su actuación,
el mundo de los enfermos, tarados, inválidos, etc. Jesús pasó haciendo el bien,
liberando a los poseídos por el demonio y perdonando a las rameras y a otros
pecadores públicos (Mc 2, 13-17). Lo que hay que ver en los milagros es que
Dios vence la enfermedad y el sufrimiento, la muerte y el mal. La Resurrección
de Jesucristo, garantiza que la victoria sobre todas las fuerzas del mal, es
absoluta, y que la libertad que Él conquistó para nosotros, nos permite
restaurar las debidas relaciones con Dios y con los hombres.
LABOR DE LOS CRISTIANOS.-
Jesucristo nos ha liberado con su muerte y
Resurrección, pero esta liberación tiene que hacerse realidad en todas las
criaturas. Es responsabilidad nuestra seguir los pasos de Jesús e ir venciendo
el mal a fuerza de bien. La Carta a los Romanos concreta muy bien el compromiso
que deriva de la última petición del Padrenuestro (Ro 12,17-18.21).
Esta obra de apostolado sólo puede llevarse a cabo con la acción del
Espíritu Santo (Ef 1,13-14). Por tanto, tenemos que ser fieles a la obra
liberadora y santificadora de este Espíritu, acoger su acción y dejarnos
liberar por Él.
Por Francisco Pellicer Valero
Fotografía: Mª del Carmen Feliu Aguilella
Por Francisco Pellicer Valero
Fotografía: Mª del Carmen Feliu Aguilella
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