CIENCIA Y
REFLEXIÓN SOBRE EL HOMBRE LLEVAN A DIOS(3)
Por
Erreuve
V
Guitton, una vez descartada la tesis del azar, saca algunas
conclusiones:
1.
El universo tiene un eje; mejor, un sentido: tiene una historia; si hay en el cosmos un tránsito de lo
heterogéneo a lo homogéneo,...un progreso constante de la materia hacia estados
más ordenados,... una evolución de las especies hacia una
"superespecie",... todo lleva a pensar entonces que, en el fondo del mismo universo, hay
una CAUSA de la armonía de las causas, una INTELIGENCIA".
Y afirma después: "Concluyo, por lo tanto, al observar
la pasmosa complejidad de la vida, que el universo es inteligente': una inteligencia que
trasciende
lo que existe en nuestro plano de realidad ORDENÓ (en el instante primordial de lo que
llamamos creación) la materia que ha dado origen a la vida".
2.
Hay algo más. Guitton dice que la aparición de la vida y de las
condiciones biológicas fue debida a que la materia parece estar tan finamente
ajustada a sus leyes más importantes que, de haberse producido alguna variación en
sus constantes (es decir, en la "dosificación" de las mismas), NUNCA
HUBIESE SIDO POSIBLE EL FENÓMENO DE LA VIDA.
Parece como si todo estuviese sabiamente
programado para que la materia consiguiese ascender hacia las formas superiores
de la vida y la conciencia. El universo "acertó":
•
en la intensidad
de la explosión
INICIAL;
•
en la constante
de gravitación;
•
en la cantidad
de helio producida
en los tres primeros minutos de vida del universo;
•
si alguna dosis de algunos de los componentes iniciales hubiera tenido
un mínimo "defecto" el universo no hubiera podido aparecer tal como lo conocemos hoy.
Todo esto ha recibido el hombre de "principio antrópico", formulado en 1974 por el astrofísico
inglés Brandon
Cárter, en
la forma siguiente: "El
universo se encuentra, exactamente, con las propiedades necesarias para
engendrar un ser capaz de conciencia y de inteligencia".
3.
Guitton concluye:
A.
"... el universo parece construido y regulado -con una precisión
inimaginable- a partir de algunas grandes constantes. Se trata de
normas invariables, calculables, de las que no se puede saber por
qué la naturaleza escogió tal valor en lugar de tal otro. Se debe asumir
la idea de que, en todos los casos, con VALORES DIFERENTES del
'milagro* matemático sobre el que descansa nuestra realidad, el
universo habría
presentado los caracteres del caos absoluto: danza
desordenada de átomos, que se juntarían un instante y se separarían al
siguiente para recaer sin cesar en sus insensatos torbellinos. Y puesto que el
cosmos remite a la imagen de un orden, este orden nos conduce, a su vez, hacia
la existencia de una
CAUSA y de un FIN
exteriores a él.
B.
Para quien no admita el "absurdo" de tantas causas
inverosímilmente juntas, es más "razonable" pensar que esas extrañas coincidencias cósmicas obedecen a un plan organizador
previsto por un ser inteligente.
C. La mente se abre así al reconocimiento
del Dios de la religión.
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