EL ENTORNO DE LOS PROFETAS
"-No entrará (el rey de Asiria) en esta ciudad... -Yo (el Señor) la protegeré y la salvaré en atención a mí mismo y a mi siervo David". (Is. 37,33-35)
7.- ISAIAS B).-
Al desaparecer el reino del Norte en el año 722 a .C, el nombre de Israel fue reclamado por el reino del Sur, por Judá, que aún subsistía, y se consideró heredero único del Estado davídico. En Jerusalén nunca se hicieron a la idea de la separación de los dos reinos. "Israel ha sido derrotado, su linaje está destruido": es el testimonio extra bíblico más antiguo sobre su existencia como pueblo. El texto está grabado en una estela de color oscuro en honor del faraón Merneptáh (1.200 a .C),("Descubre la Biblia", Fdo. Martínez)
Jerusalén era la capital del diminuto reino de Judá. El rey Ezequías pudo contemplar como Asiria se había engullido el reino del Norte, y se sintió amenazado como se sintió el rey Omrí cuando Asiria se engulló a su vecino reino de Damasco, lo que le obligó a levantar la fortificada plaza de Samaría.
Por lo tanto, Ezequías se dedicó febrilmente a mejorar las fortificaciones de Jerusalén. Por entonces, allá en Babilonia, su rey Merodac-Baladan, enemigo acérrimo de Nínive, era el que más tiempo llevaba resistiendo a los asirios. Aprovechando la muerte del rey asirio Sargón, a manos de un asesino, Merodac-Baladan urdió inmediatamente un plan: envió una embajada a Ezequías con el pretexto de la enfermedad de éste, para preguntar por la salud "del hermano". Entre líneas puede leerse el verdadero motivo de la visita: "Ezequías se alegró mucho y enseñó a los enviados... la armería y todo lo que había en ella." (Re. 20,13)
El profeta Isaías lo dice claramente: "...no les ocultó nada de lo que había en el palacio y en sus dependencias" (ls.39,2), por lo cual el profeta le recriminó severamente. Allí estaban los arsenales de Judá, armamentos secretos, preparativos para el día x que estaban en curso con toda intensidad. "Ezequías ... reconstruyó... la muralla, levantó torres sobre ella y un segundo muro exterior... y fabricó gran cantidad de armas arrojadizas y escudos" (2Cr. 32,5). Llegó también a derribar viviendas para afianzar las murallas (Is. 22,10), hizo también "una alberca y canal para la traída de aguas a la ciudad" (Re.20,20)
Senaquerib, el general asirio estaba al tanto de todo eso, pero, con todo, invadió Judá, y Ezequías es sometido a tributo. El rey Acaz había conseguido apaciguar a los asirios admitiendo el culto de sus dioses. Pero Ezequías se vuelca en una reforma religiosa. Isaías le aplaude y anima. Cuando Ezequías gira hacia Egipto, denuncia esa política proegipcia e ironiza acerca de la sabiduría de los consejeros del rey.
En una segunda acometida contra Palestina por parte de Senaquerib ya como rey de Asiria, tiene lugar algo sobre lo que los comunicados asirios guardan silencio, pero que la Biblia ü\ce\"Aquella misma noche el ángel del Señor vino al campamento asirio e hirió a 185.000 hombres... Senaquerib levantó el campamento, se fue a Nínive, y se quedó a//f(Re. 19,35). El drama había terminado. Jerusalén había escapado del desastre, pero el territorio de Judá ofrecía un aspecto desastroso. La actividad profética de ISAIAS está ahora en su apogeo, y se lamenta: "Vuestro país está arrasado, vuestras ciudades incendiadas, vuestras tierras las devoran extranjeros ante vuestros ojos". (Is. 1,7)
Ángel Aguirre
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