EL ENTORNO DE LOS PROFETAS
"¿A quién enviaré?, ¿quién va a ir de mi parte? Respondí: Aquí estoy yo, envíame. •Él me contestó: Vete y habla a ese pueblo. (Is.6,8)
6.- ISAIAS A).-
Los profetas escritores de los ss. VIII y VII son los grandes críticos de su tiempo. Usaron un lenguaje poético y una prosa bizarra para recordar el pasado, analizar el presente y pronosticar el futuro. Son personajes solitarios, comprometidos solo con Dios.
Critican la concepción que el pueblo tiene de la historia, e. d., de una historia de falsa confianza en el poder nacional y en coaliciones equivocadas. Hay que volver a Dios y a una nueva vida.
Critican el culto que hacen los sacerdotes en sus altares, sus cantos, votos y días festivos practicados de una manera mecánica, pues llevan al hombre a pensar que eso puede asegurarle la bendición de Dios.
Critican la praxis jurídica de los que mandan, las omisiones y transgresiones de funcionarios y jueces, declarando inocentes a los culpables, condenando inocentes, dejando en la estacada a huérfanos y viudas. También los abusos de los comerciantes y terratenientes cuando provocan el empobrecimiento de los campesinos.
Ocurría además que, en el reino del Norte, en Israel, existían luchas internas para hacerse con el poder, y se agravó tanto la situación, que, cuando Israel y Aram-Damasco (ambos eran ya vasallos asirios ) quisieron obligar por las armas a Acaz, davídico rey de Judá, a integrarse en una coalición antiasiria, éste, desatendiendo el consejo del profeta ISAIAS, pidió ayuda precisamente al rey asirio Tiglatpileser III, con quien la política expansionista asiria llegó a la cima de su poder. Tiglatpileser intervino de inmediato. Se anexionó Galilea y Galaad en el año 733. Siguiendo la habitual política asiria, deportó a las clases dirigentes a Mesopotamia, y las sustituyó por otras extranjeras. Solo quedó una migaja de Estado (Efrain) convertid en estado vasallo bajo un rey proasirio.
Diez años más tarde, Salmanasar V había sucedido a su padre Tiglatpileser, cuando se produjo en Efraím un nuevo levantamiento. Samaría fue conquistada en el año 722, de nuevo fue deportada la clase dirigente (27.000 según la fuente asiría ) a Mesopotamia, y sustituida por colonos de otros países. Los exilados nunca más volverían a Israel. Eso significa el final del reino del Norte, que no volvió a renacer. Las diez tribus del Norte habían desaparecido. Solo quedaba una provincia asiria, que lleva el nombre de Samaría, habitada por samaritanos, e.d. un pueblo mixto, con clase dirigente colonial proveniente de Babilonia y Siria central. Este pueblo veneraba ahora a Yahvé y a los nuevos dioses extranjeros. Los judíos del Sur del país los despreciaban por su sincretismo.
Angel Aguirre. Consiliario
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