ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

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domingo, 30 de octubre de 2011

CREACIÓN Y/O EVOLUCIÓN

CREACIÓN Y/O EVOLUCIÓN




Hasta mediados del s.XIX, la cultura occidental solo tenía ese relato Bíblico sobre el origen del hombre, pero desde 1859, en que Darwin publicó su libro "El origen de las especies", existen dos relatos; uno religioso y otro científico. ¿Son incompatibles entre sí?. No es lo mismo decir que el hombre es una criatura privilegiada, creada particularmente por Dios como decíamos antes, que decir que el hombre es un pariente de los primates, un poco más evolucionado y surgido por casualidad. Particularmente ha tenido gran desarrollo el debate en los USA, donde se han enfrentado posiciones radicales, principalmente entre fundamentalistas protestantes, que mantienen la realidad exacta del relato bíblico, su interpretación literal, y evolucionistas de ideología materialista, para quienes todo se debe al azar.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, como ha escrito Jacques Monod (antes citado, Premio Nobel de Medicina, ateo) en su libro "El azar y la necesidad", en la realidad no existe solo la necesidad. No es preciso ni necesario, dice, que todas las cosas deriven una de otra. Existe también el azar (nosotros diríamos la libertad divina). Así pues, dice, hay dos realidades que pueden existir, pero no tienen por qué existir. Una de ellas es la vida. Pudo existir pero no tuvo que hacerlo. La probabilidad de hacerlo era prácticamente cero. Lo segundo que pudo, pero no tuvo a la fuerza que existir, es el misterioso ser humano. Es tan improbable que surgiera, dice el autor, ateo, que sólo una vez puede haber sucedido el que este ser se originara. Somos una gran causalidad, dice. Nosotros lo explicaos de otra manera...

Darwin propuso dos causas materiales para explicar la evolución: la variación espontánea de la herencia y la selección de los más capacitados. Se produce una variación espontánea en la herencia, una pequeña modificación en los hijos y la selección natural premiará aquellas variaciones que presenten más ventajas para la existencia, para la adaptación al medio. Esas micromutaciones se van acumulando y dan lugar a la separación de las especies. Pero es difícil pensar que solo por esos pequeños saltos se originen especies tan estructuralmente diferentes. Como ha señalado Monod, la estabilidad es una norma general, y la variación por azar es una excepción. El mismo Darwin advirtió ese problema en su libro, pero pensó que se encontraría una explicación que todavía hoy no se ha encontrado. Falta explicar de dónde viene ese orden creciente que se manifiesta en la escala de la vida hasta llegar al ser humano. De donde han surgido esas complicadas estructuras, en qué razón se han concebido, para movilizar millones de células , cada una con millones de componentes, para dar lugar a organismos que se mueven a sí mismos, que se reproducen con arreglo a unos códigos perfectos , y con una intención clara: permanecer existiendo y ser cada vez más perfectos.

La Iglesia Católica no se pronunció acerca de la evolución hasta mucho tiempo después, casi un siglo, cuando en la encíclica "Humanis generis" (1950), de Pió XII, se hacían tres precisiones: 1) pedía cautela para distinguir lo que es una hipótesis (la evolución) de lo que es algo probado. 2) defendía el origen divino del alma humana y 3) rechazaba el poligenismo como incompatible con la doctrina sobre el "pecado original", es decir, no se admitiría que la figura del primer hombre, llamado Adán en la Biblia, significara una multitud de protoparentes, o que hayan surgido hombres en la Tierra que no descendiesen del primer hombre creado por Dios.


Por José M" Catret Suay

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