LA NAVIDAD
Es muy
difícil resumir en dos páginas todo lo que se puede decir sobre la Navidad.
Esta palabra tiene muchos significados, y es muy conocida en todo el mundo. Hay
países de tradición sintoísta o budista, por poner un solo ejemplo, que la
celebran, pues es una fiesta “occidental” y la copian, sin conocer su razón
profunda. Si hiciésemos una encuesta sobre qué se entiende por Navidad,
obtendríamos muchas respuestas: es una gran fiesta; cuando hay vacaciones de
invierno; cuando voy al circo y a la feria; cuando voy a esquiar, cuando nos
reunimos toda la familia para una buena comida, y finalmente, cuando se
conmemora el nacimiento de Jesús.
Aun quedan familias que explican a
los hijos cómo en una noche fría, en un pueblecito alejado, y en un pesebre,
nació de María la Virgen el niño Jesús. San José le cuidaba, los pastores
acudían a llevarle presentes, una estrella guiaba a los magos de Oriente.
Pero esto, con ser mucho, no es todo
para saber qué es la Navidad. Por ahí se empieza, y se sigue diciendo que lo
dicho no es solo una bella historieta, una narración tradicional, son que es
Historia, auténtica, real. Nos preguntamos:
¿CUÁNDO OCURRIÓ? ¿EN QUÉ
AÑO Y EN QUÉ DÍA?: En
el mundo antiguo, civilizado por Roma, se contaban los años a partir de la
fundación de dicha ciudad, que era el año 1º, lo que se indicaba con las
iniciales U. C. (“urbis conditae”, o sea, de la fundación de la ciudad). Tras
cinco siglos en los que se produjo la destrucción del templo de Jerusalén, la
invasión romana, las persecuciones de los cristianos, el edicto de Constantino
de libertad religiosa, la división del imperio romano entre Oriente y
Occidente, y la invasión de los bárbaros, Roma ya no era lo que antes, y un
monje del siglo VI, Dionisio el Exiguo, de corta estatura pero de gran
inteligencia, se propuso cambiar la cronología y empezar a contar la historia
desde le nacimiento de Cristo. Basándose en el evangelio de Lucas, en que dice
que Jesús tenía 30 años cuando inició su vida pública y ello ocurría en el año
15 del gobierno de Tiberio César, ayudándose de tablas cronológicas romanas,
llegó a la conclusión de que Jesús nació el 753 U. C., por lo que el año
siguiente debía llamarse el año 1º d. C. (después de Cristo).
Parece ser que hubo un error de unos
6 años, pero ello no afecta a la historia.
¿EN
QUÉ DÍA? Esto es difícil, imposible casi, si tenemos en cuenta que no se
conservan los registros civiles de la época. Los romanos habían estado
celebrando antes el 25 de diciembre como “dies natalis solis invicti”, día en
que el dios sol se apodera de la noche y empieza a alargar el día. Pero ya la
religión pagana estaba obsoleta, el cristianismo era la religión del imperio, y
los cristianos pensaron que debía celebrarse el día del nacimiento (dies
natalis) del que era mucho más que el Sol. Y de ahí que se celebre ese día; ya
en el año 354 aparece en el calendario litúrgico dicha fiesta, que en Oriente
se celebraba, juntamente con la Epifanía, el 6 de enero.
¿CÓMO
SE CELEBRA?.- El documento más antiguo que relata cómo se celebraba la
navidad y epifanía en Tierra Santa, así como la semana santa, etc., lo
encontramos en el “Itinerario de la monja Egeria” (años 381 a 386). Inestimable
documento histórico, que describe la primitiva liturgia de la Iglesia.
En el siglo V empiezan a aparecer costumbres
populares, como los cantos de navidad: villancicos, carols, chansons de Noël,
Weihnachtslieders, natale, nadalencs, etc. y en el siglo XII, los “belenes” o
pesebres, nacimientos, misterios, según regiones, obra iniciada por San
Francisco de Asís. La iglesia Católica, desde el Papa Sixto III, en 432,
celebra la Misa por la noche, y actualmente, en Roma y quizás en muchas
iglesias, se celebran 4 misas, tal como podemos ver en los misales: la de
víspera o vigilia; de medianoche (o del gallo); la de amanecer y la del día,
por la mañana del 25.
En la charla se trató con detalle
del porqué el árbol de navidad, así como Santa Claus y Papa Noel tienen origen
totalmente cristiano, aunque sean costumbres nacidas en otros países, que no es
preciso copiemos, teniendo nosotros las hermosas del “belén” y de los reyes
Magos.
Se analizaron los textos de villancicos
españoles y de otros extranjeros y se acabó con la idea de que la Navidad es la
conmemoración del nacimiento de Cristo, que está vivo entre nosotros, y que nos
invita a pensar que esta celebración no es solo consumo, diversión, jolgorio,
comilonas, sino meditación y solidaridad con los que no tienen nada de lo que
tenemos nosotros.
Por José Mª Catret Suay (Conferencia ofrecida a los miembros de la Asociación)
Fotografías Mª del Carmen Feliu Aguilella
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