JESUS, SEÑOR
La
palabra "señor" se denomina en griego "kyrios" (término del
que se deriva kyrieuo = tener la soberanía, dominar), que traduce el hebreo
"adon" y el arameo "mara" ("amo", el que dispone
de alguien o de algo). (León-Dufour: Diccionario
del N. T.", pág. 400). De "adon" se deriva
"Adonai" ("mi señor") y con "mara" se forma la frase
"maran-ata" ("ven señor").
EL VOCABLO "SEÑOR" EN CIFRAS.-
De las 718 veces que se usa la palabra "kyrios" en el Nuevo
Testamento, la mayoría de ellas aparece en los escritos lucanos (Evangelio y
Hechos de los Apóstoles), con un total de 210 veces y en las Cartas paulinas
275; es decir, que abunda más en los libros más particularmente orientados al
mundo griego. En los demás textos del N. T., se emplea kyrios: 18 veces en el
Evangelio de S. Marcos, 80 en el de S. Mateo y 52 en el de S. Juan; en la Carta
a los Hebreos 16, en la de Santiago 14, en la 2ª de S. Pedro otras 14 y en el
Apocalipsis 23. (Coenen y otros: Diccionario
Teológico del N.T., vol. IV, pág. 205)
No
siempre la palabra kyrios tiene sentido religioso, pues hay ocasiones en que se
hace de ella un uso profano: a los amos respecto de sus siervos (Ef 6, 5), al
esposo le denomina así la esposa (1 Pe 3, 6); al patrono de una empresa (Lc 16,
3.5); al propietario (Mt 13, 27; Lc 13, 8); al superior (Hch 25, 26); a un
gobernador (Mt 27, 63). (Enciclopedia
Díez Macho, VI, col. 608).
A DIOS SE LE DENOMINA SEÑOR.- En el
Antiguo Testamento, en numerosas ocasiones, en lugar del nombre de Dios (Yavhé)
se usa el de Señor (Kyrios) por el temor que tenían los judíos de faltar a uno
de los Mandamientos: "NO PRONUNCIARÁS
EL NOMBRE DE YAVHÉ, TU DIOS, EN VANO, PORQUE YAVHÉ NO DEJARÁ IMPUNE A QUIEN
PRONUNCIE SU NOMBRE EN VANO" (Ex 20, 7).
En el
Nuevo Testamento continúa aplicándose el nombre de Señor a Dios Padre (Mt 1,
20; 4, 7.10; Mc 11, 99; Lc 46.68; 2, 22; etc.), pero también se atribuye este
título a Jesucristo.
EXALTACION DE JESUCRISTO.- Es verdad que Cristo ha sido "EL SEÑOR" desde el primer momento de su Encarnación, como Hijo consubstancial al Padre, hecho Hombre por nosotros. Pero sin duda llegó a ser Señor en plenitud después de su Resurrección y como consecuencia de haberse humillado "HACIÉNDOSE OBEDIENTE HASTA LA MUERTE Y MUERTE DE CRUZ" (Flp 2, 8) (Juan Pablo II: Creo en Jesucristo, pág. 447).
EXALTACION DE JESUCRISTO.- Es verdad que Cristo ha sido "EL SEÑOR" desde el primer momento de su Encarnación, como Hijo consubstancial al Padre, hecho Hombre por nosotros. Pero sin duda llegó a ser Señor en plenitud después de su Resurrección y como consecuencia de haberse humillado "HACIÉNDOSE OBEDIENTE HASTA LA MUERTE Y MUERTE DE CRUZ" (Flp 2, 8) (Juan Pablo II: Creo en Jesucristo, pág. 447).
Cuando la Iglesia confiesa a Jesús como
Kyrios quiere decir que Jesús es el Señor divino. Así, la afirmación
"JESÚS ES EL SEÑOR" (Rom 10, 9; 1 Cor 12, 3) es la más corta
confesión de fe. Exaltado por el Padre, tiene como Kyrios, el nombre supremo,
el de la gloria divina (Flp 2, 9-11). Este Kyrios es el Señor de vivos y
muertos (Rom 14, 9), así como de los poderes y potestades de encima y de debajo
de la tierra (Flp 2, 10; Ef 1, 20-21). Es Señor de los señores y Rey de reyes
(Ap 17, 14). Ha recibido del Padre el poder de dar vida (Jn 5, 21; 17,2) y el
de juzgar a todos los hombres (Jn 5, 22.27).
Finalmente, en Cristo reside toda la
plenitud de la divinidad (Col 2, 9) (Schelkle: Teología del N.T., II, pág. 324).
ACTITUD DE JESÚS.- El Maestro no exigió
para sí el título de Señor, pero lo aceptó de sus discípulos como conveniente a
su persona después de haberles lavado los pies: "VOSOTROS ME LLAMÁIS
MAESTRO Y SEÑOR Y DECÍS BIEN" (Jn 13, 13). Cuando antes de la solemne
entrada de Jerusalén mandó a que le procuraran una cabalgadura alude a su
señorío, que implica poder disponer de
todo; manda a dos discípulos que
le traigan un pollino que estaba atado, diciéndoles: "SOLTADLO Y TRAEDLO.
Y SI ALGUIEN OS PREGUNTARA POR QUÉ LO HACÉIS CONTESTADLE QUE EL SEÑOR LO
NECESITA" Mc 11, 2-3; Lc 19, 30-31). Como Hijo del hombre, Jesús es
"SEÑOR TAMBIÉN DEL SÁBADO" (Mc 2, 28). En cierta ocasión la Palabra
del Maestro pide obediencia y seguimiento: ¿POR QUÉ ME LLAMÁIS SEÑOR, SEÑOR, Y
NO HACÉIS LO QUE OS DIGO" (Lc, 6, 46). Por otra parte, a lo largo de toda
su vida pública, sus actos de dominio sobre la naturaleza, sobre las
enfermedades, sobre los demonios, sobre la muerte y el pecado fueron una
demostración clara de su soberanía divina (Bauer: Diccionario de Teología Bíblica, pág. 986; Catecismo de la Iglesia Católica, pág. 105).
CARACTERÍSTICA DEL SEÑORÍO DE JESÚS.-
El señorío de Jesús no se ejerce por el dominio sino por la obediencia hasta la
muerte. Porque el Padre ha resucitado a Jesús sabemos que la historia humana no
está en manos de los poderosos y violentos, sino de los pobres y de los mansos,
de los que sufren y de los que crean relaciones humanas basadas en la paz, de
los que van más allá de las normas, de los que aman a los enemigos: "LOS
QUE CONFÍAN EN EL SEÑOR HEREDARÁN LA TIERRA" (Mt 5, 3 ss.) (Jesucristo Único Salvador: Catequesis
Diocesana, pág. 53).
Por Francisco Pellicer Valero
No hay comentarios:
Publicar un comentario