Por Francisco Pellicer Valero
La Circular n° 16 fue de fecha 10 de Noviembre de 1985.
En ella dábamos referencia de la
celebración de dos nuevas semanas. Una, en la Parroquia de S. Miguel y S.
Sebastián, que tuvo lugar del 30 de septiembre al 4 de octubre de 1985 con una
asistencia media de cincuenta y seis personas; fruto del a misma fue que surgiera
un nuevo grupo bíblico con el que tuve reuniones quincenales.
La segunda semana tuvo lugar en el
Convento de Clarisas Capuchinas de la Avda. Pérez Galdós 119, del 22 al 26 de
octubre. Se trataba y se trata de una comunidad de Hermana encantadoras, dos de
las cuáles son Diplomadas en Ciencias Bíblicas. Para los que tuvimos la suerte
de participar en la Semana referida, fueron unos días "de cielo". ¡Qué sensación de paz, de alegría, de
felicidad, de fraternidad cristiana, de santidad, se respira en aquella santa
casa! Ellas quedaron también muy contentas después de la semana y nos
emplazaron para que volviéramos el próximo curso.
Ya entonces pensaba que nuestra Asociación,
aunque no hubiera hecho otra cosa que organizar Semanas Bíblicas, tendría ya
sobradamente justificada su existencia. Que tuviéramos en Valencia un
"equipo volante" dispuesto a trasladarse a cualquier Parroquia o
Comunidad para ayudar a los
responsables de las mismas en la
motivación de sus feligreses o Hermanas en orden a la lectura y profundización
de la Palabra de Dios, es algo que nuestra diócesis no tenía y hacía mucha
falta. Continuábamos recibiendo peticiones que proyectamos ir realizando en la
medida de nuestras posibilidades. Todo esto indicaba el gran deseo de numerosos
católicos por conocer mejor la Biblia. En este sentido, a nuestra Asociación le
auguré entonces un gran porvenir.
Los que directamente
tomábamos
parte en estas Semanas Bíblicas sentíamos la necesidad de transmitir la Santa
Palabra de la manera más eficaz y agradable posible.
Cumple decir que, en mi Parroquia de S.
Miguel y S. Sebastián, se formó un grupo numeroso de feligreses que nos
reuníamos cada quince días y a los que impartía charlas seguidas de amplios
coloquios.
Por cierto que la redacción de la
circular arriba referida, tuvo lugar después de sufrir por mi parte un conjunto
de visitas médicas, numerosas radiografías y de una molesta
"gastroscopia", ignorando en ese momento si me hallaba en vísperas de
una intervención quirúrgica. Pedí entonces a todos que pidieran al Señor se
cumpliera siempre en mí su santa voluntad y que yo la aceptase con alegría.
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