LA
FE HUMANA INTERPERSONAL Y LA CREDIBILIDAD DEL ACTO DE FE
CRISTIANO
Por
Erreuve
La fe sólo se puede dar desde la
libertad.(2)
5.- La decisión
a) La decisión de creer reviste la forma de "yo creo en tí";
b)
Pero debe haber algún medio para
asegurar en lo posible la confianza en
el otro, es decir, tiene que aparecer ante mi su CREDIBILIDAD.
c)
En otras palabras: aquel en quien creo, debo conocer a aquel a quien otorgo mi fe, DEBE
LEGITIMARSE.
d)
J. H.
Newman, en su obra El
asentimiento religioso" habla de la credibilidad previa al
acto de fe como una ARGUMENTACIÓN
CONVERGENTE, a base de CONJUNTAR diversas experiencias, hechos y observaciones particulares y
concretas. Y
pone algunos casos de
la realidad = creemos en la fidelidad de
nuestro amigo, esposo-esposa; creemos a nuestro médico sobre nuestra salud; o que nuestra memoria no nos engaña cuando repasamos lo que
hicimos ayer.
Todo este conjunto de razones, una por una, no son más que probabilidades, pero su convergencia basta para crear una CERTEZA
RACIONAL sobre nuestra creencia.
e)
De la convergencia de probabilidades pasamos a la certeza en virtud de lo que Newman llama sentido ilativo, que sería la posibilidad que tiene el ser
humano de poder juzgar acerca de la verdad o del error en situaciones
singulares y concretas.
f)
Y dice
que el sentido ilativo consiste en la capacidad de penetrar con rectitud
intuitiva en los principios, doctrinas y hechos -falsos o verdaderos- y para DISCERNIR con presteza qué conclusiones son
necesarias, convenientes o expedientes si aquéllas se dan por supuestas.
Esto puede obrarse, bien por un don natural, bien como efecto de un
largo hábito de acomodación a las diversas circunstancias.
La base de ello es algo así como la armonización de una serie de
factores que, aislados uno por uno, no concluyen nada pero que relacionados
-como en el caso de dos enamorados- producen una seguridad.
Newman aclara esta idea con el símil del cable compuesto de hilos diversos cada uno de
los cuáles, por sí mismo, es débil, más todos juntos son
tan fuertes como una barra de hierro.
g)
A señalar que el "salto de la fe", en las relaciones humanas, como en las cuestiones religiosas, no puede ser consecuencia de una demostración científica ni
matemática.
•
Ello no implica que no tenga una racionalidad propia y que su certeza
no sea menos consistente.
•
El sentido ilativo capta la credibilidad de la persona que tiene ante
sí o la consistencia de la verdad religiosa.
•
Por eso se puede prestar un asentimiento racional a la revelación
personal del otro o a las verdades religiosas, puesto que se puede tener un
número suficientes de probabilidades
convergentes a
favor de la creencia.
Newman
lo dice así, resumiendo el argumento: de igual modo que en matemáticas estamos
justificados por el dictamen de la naturaleza, así, en virtud de un dictamen
semejante, no estamos justificados en el caso de un raciocinio sobre cosas
concretas, y especialmente en el caso de una investigación religiosa, a esperar
a que tengamos una demostración lógica, sino que, al contrario estamos obligados en conciencia a buscar
la verdad y a procurarnos la certeza por métodos de prueba que al ser reducidos
a proposiciones formales no llegan a cumplir los requisitos estrictos de la
ciencia."
h) En cualquier caso, el acto de fe sigue
siendo un SALTO
dado desde la libertad.
•
Esto significa, a mi modo de ver, que la credibilidad depende siempre de una decisión personal. Que nadie puede obligarnos a admitir
ningún argumento para aceptar a una persona o
una creencia sobrenatural.
•
Nadie cree si
no quiere creer.
•
La aceptación de otro como tú personal es algo que depende siempre de la DECISIÓN libre del creyente.
6.- Finalmente, algo fundamental: desde la fe en la persona surge sin más LA FE EN SU MENSAJE.
•
La expresión "creo
en ti" se
transforma en "yo
te creo".
•
La confianza
en una persona se
convierte ahora en la aceptación
de su palabra.
•
Acepto las cosas que tú me has dicho, porque creo en ti y sé que eres veraz.
•
La fe, por tanto, nos permite conocer verdades que por sí mismas nos
serían vedadas de otra forma. La intimidad de una persona es un misterio
inaccesible, a no ser que haya una revelación personal, aceptada por la fe.