HUMILDAD Y
COMPETITIVIDAD
I.- LA COMPETITIVIDAD.
Según el
diccionario, competir es contender dos o más personas entre sí,
aspirando unas y otras con empeño a una misma cosa.
Competitividad
deriva de competir y viene a ser como la competencia brutal y, a veces, amoral,
para lograr algo frente a otros, por cualquier procedimiento.
La panorámica social nos presenta:
Los atavismos
educacionales: pautas de conducta, incluso en familia, de que hay que superar a
todos, ser el mejor; los juegos, deportes y competiciones responden en el fondo
a tendencias en idéntico sentido: vencer al contrario, ganarle aunque sea en
forma incruenta; algo así como una "muerte simbólica" del que pierde.
Se
nos ha enseñado que la vida es cruel, fea, mala y dura y había que afrontarla
con toda la energía-violencia que fuese necesaria.
Literatura, cine y medios de comunicación nos
presentan una sociedad hedonista y del bienestar; escándalos diarios; lujo y
exhibicionismo; apología del triunfo a cualquier precio como modelos a seguir. Contracepción,
eutanasia, aborto. Enseñanza con tendencia a la desertización da la religión, la
moral, la autoridad, el deber y la disciplina. Todo son derechos, libertades,
insubordinaciones, y ombligos.
Todo esto postula y
empuja a la competitividad
II.- LA HUMILDAD
"El conocimiento de la propia
verdad"
Yo
añadiría que también de la ajena...
1.- DOBLE VERTIENTE DE LA HUMILDAD:
la parte NEGATIVA O MALA de
cualquier alma
y la parte POSITIVA O
"BUENA".
PARTE NEGATIVA.- Ese conocimiento de nuestra propia verdad
tiene que llevarnos, con la ayuda de la gracia de Dios, a tomar conciencia de
nuestras carencias, pecados, fallos y errores humanos frecuentísimos; omisiones
sin cuento, respecto a Dios y a los demás; que, en definitiva y ante Dios, NO
SOMOS NADA, si tenemos en cuenta que dependemos de él incluso para respirar.
PARTE POSITIVA.- Nuestra propia verdad, también pasa por una toma de
conciencia serena y sin euforias ni vanidades estériles, de todo el conjunto de
indudables realidades y cualidades positivas que todos solemos tener y que
hemos recibido de dios: salud, belleza, gracia, inteligencia, memoria y
voluntad, esposa, hijos, amigos, etc. O sea, lo que llamamos talentos.
PERO TODO NOS HA SIDO DADO POR DIOS EN UN ACTO DE AMOR
INFINITO como medio más que suficiente para nuestra salvación que, a la postre, es lo único
importante.
2.- CORRECCIÓN DE LO NEGATIVO Y DESARROLLO DE LO POSITIVO
Es
nuestra tarea, corrigiéndonos y desarrollando, mediante la experiencia y práctica
de la repetición todos los talentos recibidos, que nos llevará a una
profesionalidad con dos resultados: desarrollo con la ayuda de Dios de nuestras
potencias y dones recibidos y toma de conciencia de nuestra capacidad de donación
de esos bienes, y realización personal.
3.- NUESTRA PROPIA VERDAD ANTE DIOS: nada
somos ante Dios
4.- LA VERDAD DE LOS
DEMÁS: reconocer los valores ajenos, la
superioridad de otras cabezas mejor amuebladas que la nuestra, concienciar las
virtudes ajenas, comprender los fallos ajenos reconociendo cuántas veces
corremos un velo sobre nuestros defectos a pesar de saberlos y conocerlos con
especial clarividencia.
Por Rafael Villanova Carretero
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