LA ORACION DEL PADRE NUESTRO (XVIII)
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION (I)
Ésta es la única plegaria del Padrenuestro que tiene una formulación negativa: en la petición anterior se pedía perdón, ahora se pide a Dios ayuda para no caer en el pecado.
El
vocablo "tentación", en sentido amplio significa la acción de someter
a prueba a alguien, con el objeto de poner de manifiesto sus disposiciones,
actitudes o habilidades reales, más allá de lo que puedan sugerir las apariencias.
En una acepción más restringida y más corriente la tentación consiste en
inducir al mal, empujar o sugestionar a alguien para que realice una acción
moralmente no permitida. En este segundo sentido,
la usamos aquí,
I.- EL HOMBRE, UN SER CONTRADICTORIO
En toda persona humana conviven dos
tendencias contrapuestas:
1a.-
Por un lado, sentimos dentro de nosotros el deseo de hacer el bien, de amar, de
ser generosos y acogedores.
2ª-
Pero al mismo tiempo nos vemos impulsados no pocas veces al egoísmo, a la
cerrazón, a los celos e incluso a la
violencia.
Muy
a menudo nuestra experiencia es la misma que la del Apóstol S. Pablo: "No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero " me
deleito en la ley de Dios....pero siento otra
ley en mis miembros que...me encadena a la ley del pecado " {Rom 7,19. 22-23). Borrell o.c. pág. 73).
II
- LAS TENTACIONES
La tentación acecha continuamente al
hombre desde la expulsión del Paraíso. Además del desequilibrio fundamental que
existe en el ser humano y que puede llevarle al pecado, se agrava la situación
por las tentaciones que vienen de fuera, sobre todo del Tentador". Todos
los cristianos, precisamente porque quieren seguir a Jesús, son tentados por el
diablo; éste no puede soportar que nos pongamos de parte de Dios y nos
convirtamos en colaboradores suyos: nos empuja a la desconfianza, a ponernos
contra Dios; nos instiga a rebelarnos, a hacer las cosas a nuestra manera. El
Concilio Vaticano II nos recuerda que "el hombre se siente Incapaz de dominar
con eficacia por sí sólo los ataques del mal, hasta el punto de sentirse como
aherrojado entre cadenas". (Gaudium el Spes , n9 13).
También
el "mundo" es fuente de tentación. Según S. Agustín, hay hombres que
son ocasión de escándalo, porque no conocen otros fines que los terrenos, ni
aspiran a otra cosa que no sean los placeres que ofrecen las criaturas.
Asimismo, los "apetitos desordenados", que no
sólo se refieren al aspecto sexual, sino también al apetito Insaciable de
bienes, así como el afán de poder; y la arrogancia de los ricos, qué aman sus
riquezas sobre todas las cosas; todo esto constituyen las tres tentaciones
Indicadas por S. Juan (1 Jn 2,16).
III.- DIOS
CONCEDIÓ AL HOMBRE EL DON DE LA LIBERTAD
¿Por qué existe en nosotros la
posibilidad de hacer el mal. esa seducción que nos puede apartar de Dios y de
su Amor?. La respuesta a esta pregunta debe tener en cuenta que Dios nos ha
creado libres
Dios,
evidentemente, quiere que hagamos el bien y que respondamos con amor a su Amor,
pero quiere igualmente que ésta sea una opción personal y no una obligación. De
ahí que haya dejado abierta para el hombre la posibilidad de que el hombre se
decida por el mal.
En la tentación hay que mantenerse firmes y ejercer la
humildad, pues sólo desde la conciencia de la propia debilidad se entra en
posesión de la fortaleza de la gracia de Dios, con la que se sale victorioso.
Dice S. Pablo: "Cuando me
siento débil, es cuando soy más fuerte" (
2 Cor 12 ,10 ). Sin la gracia de Dios el hombre cae sin remedio en la
tentación. S. Juan escribe: "Sin mí no
podáis hacer nada" (Jn 15 ,5 ), pero
con la gracia de Dios lo podemos todo: 'Todo lo puedo en
aquél que me conforta" ( Flp 4, 13).Por Francisco Pellicer Valero
Foto: Mª del Carmen Feliu Aguilella
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