ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

ASOCIACION BIBLICA SAN PABLO

domingo, 3 de noviembre de 2013

"HE VENIDO A SALVAR LO QUE ESTABA PERDIDO"

HOMILIA.  DOMINGO XXXI TIEMPO ORDINARIO. 3 NOVIEMBRE 2013


"HE VENIDO A SALVAR LO QUE ESTABA PERDIDO"

Es verdaderamente sedante y llena el corazón de esperanza, el contenido de las tres lecturas litúrgicas que parecen una sinfonía de ánimo en tres tiempos para vivir alegres en un mundo donde tantas cosas parecen ser malas sin remedio.
Dios es amigo de la vida, Dios ama todo lo que ha creado aunque parezca pequeño, anuncia entusiasmado un sabio del Antiguo Testamento en la primera lectura de hoy. No debemos perder la cabeza ni dejarnos turbar por falsas alarmas. La preocupación de un cristiano consiste en ver cómo puede dar gloria de Dios en su vida, viviendo en la serenidad y esperanza de la fe, confirma Pablo en la Carta a los Tesalonicenses. Y Lucas pone el dato pintoresco de la llamada de Jesús a un pecador para comer con Él porque ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
Existen personas que han transformado nuestra vida; experiencias que han desviado el rumbo de nuestra existencia. Jesús de Nazaret es especialista en reorientar la vida de todos los que se le acercan. Y es que en la distancia corta, cuando acudes a él sin protección alguna, ¡Jesús atrapa, fascina y enamora! La vida no vuelve a ser la misma.
Zaqueo es cobrador de impuestos. Es, diríamos, un trabajador de clase media, buena posición, satisfecho de sí mismo, acomodado, despreocupado de todo lo que le pasa a su prójimo. Normal, buena persona y cumplidor. Creo que todos conocemos a algún Zaqueo. Le llevamos, quizás, en nuestro interior.
Pero nuestro hombre no podía imaginar que todo ese tinglado se le iba a venir abajo el día en que Jesús se cruzó en su camino. Él, que presumía de tener una vida tan perfecta, acomodada y segura... ¡le tocaba ahora empezar de cero!.
¿Se arrepentiría Zaqueo alguna vez de haberse subido a aquellas ramas? Jesús, al ver a Zaqueo agazapado a la higuera, lo manda bajar. Lo invita a un encuentro personal, en su casa, cara a cara. Jesús quiere tantear a aquel hombrecillo en las distancias cortas. Zaqueo ha de sentir en carne propia el calor, la profundidad, la fuerza y el gran misterio de su persona. ¡Así es como se hacen las cosas! 
Durante el encuentro se produce un cambio. Zaqueo toma perfecta conciencia de su vida, de su egoísmo, de su individualismo, de su pecado, de cómo ha vivido al margen de todo y de todos. El que estaba perdido, ¡ha sido en la intimidad de una cena rescatado!.  Sí, es verdad. Yo al menos lo tengo claro: en las cosas de Dios las distancias cortas obran milagros...
Zaqueo trata de distinguir quién era Jesús. Lo tiene difícil: es pequeño de estatura; por otra parte, es publicano. Lo consigue porque lo busca. Se sube a un árbol. Y porque Zaqueo busca ver a Jesús, es visto por Jesús. Se cumple así lo que en las parábolas de lo perdido (la oveja, la moneda, el hijo) se decía: Dios busca, Dios actúa buscando lo perdido. Cuando Zaqueo se pone a tiro es visto por Jesús, y no sólo comienza a verle, sino que comienza a ver su historia y a ver a los demás: comienza la salvación en su corazón. Zaqueo ve a los que antes no veía. Empieza a respetar a los que antes extorsionaba. Reparte lo que antes almacenaba para sí.
Como en la historia de Zaqueo, el que quiere ver, sentir, tener experiencia de Dios, tiene que hacer algo, encontrar tiempo, buscar medios... aunque pueda hacer el ridículo y esperar a que Dios pase. No pasará sin darse cuenta de que alguien le espera, quiere verle y le necesita. El más insignificante detalle, conducido por Dios, puede cambiar radicalmente una vida.

Termino con esta oración:

COMO ZAQUEO, SEÑOR, YO TAMBIEN QUIERO CONOCERTE.
OIGO EL GRITERIO DE LA GENTE: ¡VIENE JESUS!
VACILA MI CORAZON:  ¿SE FIJARÁ EN MÌ?

COMO ZAQUEO, SEÑOR SOY BAJO, MUY BAJO, MAS NO DE ESTATURA,
SINO DE CORAZON. LLEVO AÑOS EJERCITANDO MI OMBLIGO, MI EGO.
Y MIENTRAS MI YO AUMENTA, MI CORAZON DISMINUYE.

SEÑOR, QUE VIENES A SALVAR LO QUE ESTABA PERDIDO,
SIENTO TU MISERICORDIA Y TU PERDON, Y ME COMPROMETO
A DEVOLVERTE CON MI AMOR ALGO DE LO MUCHISIMO QUE
TU ME REGALAS CADA DIA.

SEÑOR, QUIERO QUE TE ALOJES EN MI CASA,
QUIERO TENERLO TODO PREPARADO,
QUIERO ESCUCHAR DE TUS LABIOS Y DE TU CORAZON:
¡HOY, HIJO MIO, HIJA MIA,  TE HA LLEGADO LA SALVACION!


Alex Alonso Gilsanz
Párroco de Santiago Apóstol.  Ermua  -Vizcaya-

No hay comentarios:

Publicar un comentario