MUJERES DE LA BIBLIA 2: REBECA
Para la historia sagrada Rebeca es
ante todo la esposa de Isaac y la madre de Esaú y Jacob.
Los datos de su vida pueden
agruparse en tres acontecimientos principales: matrimonio con Isaac, nacimiento
de sus hijos Esaú y Jacob y la astucia de su madre para obtener la bendición
paterna sobre Jacob suplantando a Esaú.
Abraham muy entrado en años se
preocupa del matrimonio de su hijo Isaac. Para ello encarga a su mayordomo
Eliecer, muy prudente y lleno de experiencia a que se traslade a Mesopotamia a
buscar entre sus parientes, ya que las jóvenes de Canaán son paganas y
politeístas.
El criado, consciente de su
responsabilidad, pide a Dios que le ayude y le pide una señal: “Yahvé, Dios de
mi señor Abraham, dame suerte y favorece a mi señor Abraham. Voy a quedarme
junto a la fuente adonde acuden las muchachas de la ciudad para tomar agua. Que
la muchacha a quien yo diga: “Inclina tu cántaro para que yo beba”, y ella me
responda; “Bebe y también abrevaré a tus camellos” sea la que tienes destinada
para tu siervo Isaac (Gen 24, 12-14).
La señal no parece mal elegida. El
criado piensa que dar de beber a un extraño es ya una prueba de buen corazón.
Pero sacar agua de un pozo para saciar la sed de una caravana de diez camellos
no es un favor que hace cualquiera. Solo puede hacerlo una persona muy delicada
y caritativa, dispuesta a servir y ésta sería una buena adquisición para el
hijo de su señor.
Eliezer observa atentamente a una
joven que viene a sacar agua del pozo: la joven es muy hermosa. Y virgen, que
no había conocido varón (Gen 24, 16). Baja a la fuente, llena su cántaro y
sube. El criado corre a su encuentro y le dice: “Dame un poco de agua de tu
cántaro”. Ella le dice: “Bebe, señor, y sacaré agua también para tus camellos
hasta que se hayan saciado.”
Cuando los camellos se hartan de
agua le pregunta a la joven por su nombre. Se llama Rebeca y es hija de Betuel.
El criado no sale de su asombro: ha encontrado a la sobrina nieta de su señor.
Da gracias a Dios porque le ha conducido a la casa de los parientes de su amo.
Dice el objeto de su viaje y es aceptado.
Se ponen en marcha y cuando llegan a
su casa Isaac introduce a Rebeca en su tienda y se casa con ella. Después de 20
años de matrimonio, por fin nacen dos gemelos: Esaú y Jacob.
Se van haciendo mayores; a Esaú le
gusta la caza y preparar guisos para su padre; Jacob prefiere pasar el tiempo
con su madre y cuidar del rebaño.
Un día Esaú llega a casa muy
hambriento y le pide a su hermano que le dé unas lentejas que había preparado.
Jacob se las dio a cambio de adquirir la primogenitura, cosa que su hermano no
consentirá. Cuando llegó el momento de que el padre bendiga al mayor, Rebeca
que tiene predilección por Jacob planea una estratagema para que su marido,
casi ciego, bendiga a Jacob.
La desesperación de Esaú al verse
privado de la bendición de su padre es tan enorme que toma la decisión de matar
a su hermano. Se entera Rebeca y convence a Jacob para que se vaya a
Mesopotamia, a casa de su tío Labán. Sin duda fue muy duro para ella el dejar
marchar a su hijo de noche y en secreto. Aquí acaba la historia de Rebeca. Nada
sabemos de su vida posterior.
Por Francisco Pellicer Valero
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